El término crónico de la enfermedad se acentúa, con la misma intensidad de las limitaciones de pacientes con cáncer, que no cuentan con apoyo de familiares o amigos en el exterior, ni suficientes donaciones para poder cubrir el tratamiento de alto costo que oscila entre $280 y hasta $3.000 mensuales. Varios testimonios dicen que se sostienen desde la fe y por necesidad han consumido algún fármaco vencido a riesgo de que no haga efecto o recurren a medicinas alternativas para calmar la molestia.
Todos coinciden en que el cáncer no entiende de pausas, sino que exige el control obligatorio. Pero es una realidad y encrucijada de sacrificios que se reflejan en el aproximado de 30% que tienen dificultad para cubrir el tratamiento de alto costo, de los 400 casos registrados por la Fundación de Pacientes Oncológicos de Venezuela (Fundapov) en Lara y muchas veces, para no sentirse como una carga pesada para la familia -cansados de pedir colaboración- terminan resignados a la voluntad de Dios. No perciben su derecho a la salud y accesibilidad al tratamiento que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un tratado universal.
Mildred Crespo, directivo de Fundapov, dijo que en los últimos tres años han sido más inconstante la dotación en las farmacias de alto costo de la hospitales de los seguros sociales (IVSS). Los medicamentos más difíciles de conseguir son trastuzumab, rituximab y bevacizumab, éstos pueden llegar a costar hasta $700 cada uno. El tratamiento es relativo a la clínica del tipo de cáncer y su estadío.
Sabe de algunos casos que han retirado medicinas, cuya fecha de vencimiento caducó, pero se ven en la necesidad de administrarlo, al considerar que «es eso o nada», lo único que evitan es que tengan varios meses de vencidas y pueda ocasionarles una reacción. Una decisión, pese a las advertencias del oncólogo de la pérdida de la eficacia.
«Existe una distorsión y algunos los pueden ver como un beneficio, conseguir medicamentos más económicos en Farmapatria, cuando la prioridad debería ser dotar a las farmacias del IVSS», cuestiona, aún reconociendo que se puede tener descuento en alrededor del 40%, en comparación con las farmacias comerciales, pero algunos son de laboratorios de la India a los que le falta regulación y control de calidad. A veces el esfuerzo es doble, cuando se trasladan a esas Farmapatria de Caracas, Maracay y Valencia, esperando poder conseguir el tratamiento.
Algunos sin la red de apoyo, se sienten sin salida y precisan de un caso reciente de cáncer de útero, en el que la joven «se entregó a la muerte».
La religiosidad es el pilar de Yennire Arcia en los Valles del Tuy, porque «sólo Dios es nuestra realidad». Le es difícil conseguir unos $3.000 para cumplir con trastuzumab, pertuzumac y docetaxel, cada uno por dos veces al mes. Su cáncer de mama necesita 18 sesiones con trastuzumab y apenas ha cumplido ocho.
«¡La honra sea para Dios!», exclama y recurre a la alternativa natural con guanábana y jugos verdes, entre otras infusiones que considera desinflamatorias.
El monto de los fármacos de alto costo para Joanna Pinto, de San Juan de los Morros, es de alrededor de $300. También padece cáncer de mama y necesita tamoxifeno a diario, mientras triptorelina es una inyección mensual. Agradece las donaciones recibidas de fundaciones de Caracas, porque su tipo de cáncer es poco común y más resistente al tratamiento.
Confiesa que, en varias oportunidades, consumió medicamentos vencidos, pero «gracias a Dios no le hizo daño, pero no tuvieron el mismo efecto». Lo hizo para evitar perder el tratamiento.
Lisbia Chávez es otra guerrera del cáncer de mama y vive en Miranda, señalando que tomó algunos vencidos y que agradeció a Dios, porque no tuvo reacción, aunque con menos eficacia. Admite que todos los medicamentos que se ha tomado provienen de la India, porque son más baratos, por ejemplo el trastuzumab cuesta $480 mientras que de otros laboratorios cuesta $750.
Ella lleva seis meses esperando por la reparación del equipo del hospital Domingo Luciani para que le hagan la radioterapia. Es un gasto permanente con aprepitant en $34 contra el vómito, la eritropoyectina entre $30 a $60 y filgastrim en $20 en Farmapatria.
Es un contexto que también incluye los exámenes de rutina como resonancia magnética, tomografía y otros especializados de acuerdo al tipo de cáncer, así como los exámenes de laboratorio cada 21 días, para evaluar las condiciones paciente que se va a someter a ciclo de quimioterapia.
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