Agencias | LA PRENSA DE LARA.- Si bien el caso se remonta a enero del 2015, cuando el rapero venezolano Canserbero fue hallado muerto junto a su productor, fue en diciembre del 2023 que dio un vuelco total. Y en ese movimiento la indagatoria adquirió una «arista chilena», reseña La Tercera.
El 18 de diciembre del 2023, la Fiscalía de Venezuela reconoció públicamente que la muerte de Canserbero, cuyo nombre es Tirone González (26), y su productor, Carlos Molner, no se indagaría más como un suicidio, sino que como un homicidio, donde apuntaban a la responsabilidad de la pareja de Molner y mánager del artista, Natalia Améstica, quien una semana después de esta versión de las autoridades venezolanas reconocía en un video ser la autora del crimen y su hermano, Guillermo, el principal encubridor.
A partir de ahí el caso comenzó a tocar a Chile. La razón: los Améstica son hijos de un matrimonio chileno que en 1974 salió como exiliado a Venezuela y, por lo mismo, la familia consideraba como ciudadanos chilenos a Natalia, Guillermo y Bárbara.
Luego del video que grabó Natalia, la familia acudió al consulado chileno en Venezuela para pedir que la mujer tuviera un trato justo, al que -según explican desde su círculo más cercano- se comprometieron seguir. Esto abrió una pugna con la justicia venezolana, donde el fiscal general, Tarek William, dijo que «estamos ante dos extranjeros de origen chileno que matan a dos venezolanos, uno de ellos un genio de la música ( ) se le están respetando sus derechos a la defensa, sus garantías judiciales. ¿Qué cosa tan diferente hubiera pasado si dos venezolanos matan a Víctor Jara en Chile? No quiero ni imaginarlo».
Desde que el caso sumó a Natalia Améstica como principal sospechosa, que está detenida, incomunicada de su familia, busca poder encontrar una salida judicial a su situación. Y por lo mismo decidió remitir una carta a sus abogados en Chile -Ciro Colombara y Jennifer Alfaro- con su versión de los hechos, en un testimonio completamente diferente al que grabó en diciembre.
Améstica recordó, en el texto al que accedió el medio chileno La Tercera, que el día de los hechos Canserbero pidió alojarse en su casa, la cual compartía con su pareja Carlos Molner. El artista, según relató, estaba en un momento personal complejo.
El relato: «Alguien se lanzó»
«Tirone (Canserbero) no paraba de llorar, se sentía muy mal pero no lograba entender qué sucedía, hablamos muchas cosas, pero muchas no tenían lógica, otras sí, pero lo importante es que él no estaba bien», recordó.
Luego puso una película en Netlfix para que se relajara y ella se fue a dormir junto a su pareja. Canserbero -agregó- se quedó durmiendo en otra pieza, hasta que entrada la noche todo comenzó a volverse más violento.
«Nos quedamos dormidos hasta que pasadas las 4.00 de la mañana -o casi las 5.00- escuchamos los golpes a la puerta de esos que por poco la tumban, con una voz muy gruesa llamaba a stoperro (así le decían a Carlos desde el colegio), pegando más fuerte la puerta», redactó, agregando que al salir a ver era el artista quien estaba mirándose al espejo con los «ojos rojos y muy tenso».
La mujer miró a su esposo, quien le hizo un gesto de «quédate tranquila«, por lo que Améstica volvió a su pieza a esperar que la situación se calmara. Sin embargo, esto no pasó.
«No sé cuánto tiempo pasaría, pero lo que me despertó fueron dos gritos, uno de guerra y otro ahogado, más una seguidilla de golpes muy fuertes unos tras otros. En ese momento al despertar así en mi mente solo se me vino la frase ‘enciérrate aquí’. Me paré de un salto y fui corriendo a mi baño teléfono en mano y fue cuando empecé a llamar al 911. Después de los golpes lo que escuché fue unos vidrios romperse», expuso en el documento.
Natalia, cuenta, decidió salir de su pieza; sin embargo, a primera vista no vio a nadie. Solo manchas y desorden, además llamaba a los involucrados y nadie contestaba, hasta que vio a su pareja tendida en el piso.
«Empecé a abrir una a una cada cerradura de la multilock. Los nervios me traicionaron y empecé a pegar gritos volteando para atrás esperando un golpe, hasta que pude abrir la puerta y salir corriendo llamando a los vecinos diciendo auxilio. Fue cuando me abre la puerta mi vecina del frente y ve a Carlos tirado. Su esposo la aparta y me abre la puerta y yo le gritaba ‘¡atacaron a Carlos!’, y la señora Flor me agarra las manos y me dice, en voz preocupada, ‘mi niña se lanzó alguien’, y yo no entendía hasta que me llevó a su balcón y fue cuando vi a Tirone (Canserbero) en el piso», señala en el texto.
La mujer agregó que «ese momento mi cabeza explotó, no sabía qué hacer, pedir el teléfono llamar a su mamá, a mi familia, a los que me sabía el número, pero entré en shock y me fui a mi cuarto, tomé a mi perro en mis brazos, pero antes ya me habían dicho oficialmente que Carlos había fallecido».
Su defensa: «La supuesta confesión no resiste análisis»
Con esta nueva versión la defensa de Natalia busca resolver su situación judicial, para que al menos pueda tener abogados en Venezuela e iniciar un proceso que les entregue las garantías para ejercer su derecho a defensa.
«Sin perjuicio de que los hermanos Améstica son inocentes del delito de que se les acusa, como ciudadanos chilenos esperamos que el Estado defienda sus derechos frente a una investigación penal en que se está violando gravemente el debido proceso y su derecho a defensa en Venezuela», explican Ciro Colombara y Jenifer Alfaro.
En esa misma línea, agregan que «la supuesta confesión que ha difundido el fiscal Tarek William Saab como fundamento de la acusación no resiste ningún análisis serio desde la perspectiva de derechos humanos: después de semanas de incomunicación, sin conocer las pruebas del caso, sin abogados presentes y con las manos amarradas».
Lo que viene ahora para los Améstica estará radicado en dos escenarios: lo judicial, en Venezuela, pero también la gestión diplomática que harán su defensa y su hermana Bárbara ante la Comisión de Relaciones Exteriores (RR.EE.) de la Cámara para apurar las gestiones en el consulado. La intención es que Natalia pueda acceder a sus abogados de confianza y salir de esa violenta noche que comenzó hace ya casi nueve años.