Redacción | LA PRENSA DE LARA.- Una muestra de fe y esperanza. Cada 6 de agosto es una fecha solemne para la iglesia católica del Táchira, este viernes se cumplen& ;411 años desde que el Santo Cristo del Rostro Sereno fue tallado& ;para pedir a Dios protección para La Grita, ciudad fundada en 1576, que sufrió un terremoto en el año 1610, que la dejó en ruinas.
Monseñor Mario Moronta,& ; hace una reflexión sobre esta fecha de iluminación, pues el ejemplo del Santo Cristo «nos invita esperar contra toda esperanza». El obispo de la diócesis de San Cristóbal ilustra que «eso requiere no dejarnos manipular por ideologías deshumanizantes ni por ofertas alejadas de la realidad por quienes lo que buscan es su propio interés. La esperanza verdadera supone y exige la comunión entre todos con amor fraternal».& ;
«Hoy acudimos ante el Santo Cristo de La Grita desde tantísimos rincones del Táchira, Venezuela y el mundo. Reafirmamos que Él es nuestro Divino Pastor y con Él seguimos construyendo su Reino de justicia, paz, amor y libertad tratando de ser una página viva de su Evangelio», haciendo hincapié en esta incesante tradición que ha logrado continuar pesa a la pandemia de coronavirus,& ;por la fe de los creyentes.& ;
En medio de la difícil situación a nivel mundial y la ola de contagios por covid-19 que atraviesa el país, la celebración de la eucarística se realizó a puertas cerradas, transmitiendo& ;la peregrinación de manera virtual desde la Basílica del Espíritu Santo. La misa fue oficiada por el monseñor Francisco Escalante, Nuncio Apostólico de Haití.
La imagen del Santo Cristo «nos invita a fortalecer el amor que todo lo puede. Atravesamos muchas expresiones de una grave crisis. En el fondo, es una crisis de desamor. El amor vence al odio, que es uno de los males más presente en la sociedad. El Cristo de los Milagros supo vencer en todo momento el odio y la venganza. No olvidemos que vino no a condenar sino a dar su vida por la salvación de todos.»
Monseñor toma la imagen de los brazos abiertos del Santo como una fuente de inspiración que durante estos tiempos de adversidad toma cara de aquellos que extienden la mano a los pobres, indefensos y padecientes. «También lo son los migrantes tan vejados y menospreciados por sectores de la sociedad; los hundidos en las garras de la droga; los encarcelados y perseguidos por defender la dignidad humana o decir la verdad; los desilusionados por tantos engaños y opresiones; los adolescentes y jóvenes seducidos por mafias que les esclavizan en el negro mercado de la prostitución y trata de personas; los enfermos sometidos a las consecuencias de un deteriorado servicio público de salud»
«Nuestra caridad será también la proclamación de la verdad que nos libera y con la cual haremos sentir que el pueblo es el auténtico sujeto social y que sin manipulaciones además de promover un nuevo liderazgo podrá emprender la refundación de la nación» continuó el obispo.& ;
Un profeta en nuestros días& ;
El Santo Cristo de La Grita es, junto con la imagen de María del Táchira, Nuestra Señora de La Consolación, el ícono que inspira la fe del pueblo tachirense y de la Iglesia local de San Cristóbal.& ;
Monseñor ha invitado a todos los feligreses a fijarse en Él como el Verdadero Profeta: esperado y cumplidor de las promesas de salvación, tal y como lo avizoró el autor sagrado en el Libro del Deuteronomio.& ;
Resaltó que las páginas del Antiguo Testamento brindan la oportunidad de entender lo que significa un profeta. Ser profeta no significa adivinador del futuro. Es, «antes que nada, ser vocero de Dios para su pueblo. Por eso, como nos lo recuerda el libro del Deuteronomio, presta sus labios a Yahvéh a fin de que Éste ponga en ellos sus divinas palabras. Esa será la experiencia de Jeremías e Isaías, como la de Moisés» agregó la autoridad eclesiástica» agregó.