Agencias| LA PRENSA de Lara.- Monseñor Mario Moronta es un obispo respetado y admirado entre fieles católicos, criticado con dureza y desprecio por los seguidores del chavismo. Este sacerdote, que alguna vez fue cercano a Hugo Chávez, se ha convertido en un líder, cada cierto tiempo habla y escribe señalamientos contra la revolución bolivariana. Como respuesta, es atacado con dureza, como en varias oportunidades ha hecho la ministra Iris Varela. Pero él no se amilana y decidió ir a Europa para insistir en que la crisis venezolana debe verse como emergencia humanitaria.
Llevó al viejo continente la nostalgia de la Venezuela de antes, resaltando sus recursos naturales y mineros. Recordó diversas etapas históricas del país, algunas muy dolorosas. «Comenzó a aparecer la clase de los «nuevos ricos» con sus influencias en el campo de lo político. La dirigencia se comenzó a alejar de las bases populares». Hizo críticas a la corrupción, al populismo.
«En febrero de 1992 se dio la asonada militar dirigida por Hugo Chávez Frías, seguida por el del 27 de noviembre. Era el mero inicio de una crisis que desembocaría posteriormente en la llegada al poder de Chávez en 1999».
«Se ha olvidado que con Chávez, quien llega al poder no es una clase política, sino la militar. Si bien hubo militares de corte institucionalista, se fue imponiendo el posicionamiento o empoderamiento de muchos militares en la dirección global del país. Un militar convertido en civil, pero con su mentalidad castrense fue penetrando las nuevas generaciones que se iban formando y se les ideologizó».
Destaca una constante en Latinoamérica, con militares que llegaron al poder de manera democrática. «Estaban imbuidos de un nacionalismo de corte «nazeriano» egipcio. El nacionalismo ha sido siempre la plataforma ideológica de los militares. Esto se sintió en los discursos del candidato y posterior presidente. Se abrió, entonces, una puerta que no se ha podido cerrar: con quien tiene mentalidad militar no es tan fácil negociar para un camino democrático. El militar manda y punto».
Con la ayuda de grupos radicales y de Cuba dice se instaura un modelo de socialismo de siglo XXI, que presentaba a la democracia como un espacio de protagonismo del pueblo y de los más pobres. «Se fue imponiendo un modelo y régimen hegemónico ? militarista y totalitarista». Y con ello llegaron a los privilegios. «Empezaron a ocupar los cargos claves de la conducción del Estado. Desde ministerios y gobernaciones hasta dirección de institutos claves, con el control de la vida ciudadana y social».
Lea más en: Infobae