LA PRENSA DE LARA | EFE.- Nicolás Maduro condecoró este miércoles a los embajadores salientes de Nicaragua y Suráfrica, Yaosca Calderón y Joseph Nkosi, respectivamente, con motivo de su despedida del país, tras haber concluido su período al frente de la legación de sus naciones.
Maduro, quien alabó la labor de ambos diplomáticos durante su desempeñ;o en Venezuela, destacó el esfuerzo de Calderón y Nkosi en «fortalecer las relaciones mutuas» de sus países con la nación.
«Estamos despidiendo a dos embajadores de dos países entrañ;ablemente queridos por nuestro pueblo, pero, además, a dos embajadores que han permitido fortalecer las relaciones entre Venezuela y Nicaragua, y Venezuela y Suráfrica», señ;aló el jefe de Estado.
Calderón estuvo al frente de la Embajada nicaragüense en Caracas desde principios de 2018 hasta esta misma semana, cuando el mandatario del país centroamericano, Daniel Ortega, designó a Orlando José Gómez Zamora para sustituir a la representante saliente.
Por su parte, Nkosi, cuyo sucesor se desconoce, fue designado como representante diplomático para Venezuela también en 2018, desde donde concurrió, además, como jefe de la legación surafricana para Colombia.
El pasado 23 de marzo el entonces embajador de Nicaragua ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Arturo McFields Yescas, decidió dejar de «guardar silencio» y arremetió contra la dictadura de Daniel Ortega en su país.
«Tengo que hablar aunque tenga miedo, aunque mi futuro y el de mi familia sean inciertos. Tengo que hablar porque si no lo hago, las piedras mismas van a hablar por mí», declaró durante una sesión telemática del organismo.
McFields, nombrado por Ortega como embajador ante la OEA en octubre del añ;o pasado, dijo tomar la palabra «en nombre de más de 177 presos políticos y más de 350 personas que han perdido la vida» en Nicaragua desde 2018.
«Denunciar la dictadura de mi país no es fácil, pero seguir guardando silencio y defender lo indefendible es imposible», prosiguió el embajador, quien fue luego destituido.
McFields reveló que en noviembre pasado, días antes de que Nicaragua anunciara su salida de la OEA, pidió a la Cancillería la liberación de 20 opositores presos de la tercera edad y de otros 20 con un estado de salud delicado, pero no le hicieron caso.
«En el gobierno nadie escucha y nadie habla, lo intenté varias veces durante varios meses pero todas las puertas se me cerraron», expresó.