Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- «En la famosa salida de 2014, Leopoldo López baipaseó la unidad, no le consultó a nadie, se fue a la calle aun en contra de la opinión de la mayoría, apoyado por María Corina Machado. En 2015 a duras penas la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), aceptó ir a elecciones parlamentarias, pero inmediatamente retomaron la salida insurreccional. El 23 de enero de 2019, Guaidó se juramentó como presidente encargado cuando eso nunca fue consensuado. Dieron por hecho que tenían el apoyo de Donald Trump, lo cual no era verdad. Baipasearon a la oposición en el golpe del 30 de abril de 2019, nadie sabía de aquello, sólo López, Guaidó y Primero Justicia. Deben reconocer que fracasaron y hacerse a un lado». Así lo considera Jesús Seguías, presidente de Datincorp y consultor político electoral.
Apunta que la historia ha demostrado que los gobiernos que controlan todos los poderes como en el caso de Venezuela, sólo salen con una negociación. «Deben elegir un candidato que le caiga bien a Maduro, que le tenga confianza para entregar el poder, y que sienta que no le van a cortar la cabeza«, expresó.
¿Por qué usted dice que las elecciones primarias de la oposición pueden ser contraproducentes?
Porque estamos ante una confrontación muy fuerte entre Gobierno y opositores. El Gobierno acapara todos los poderes alegando que es en defensa propia, algo que no es democrático. Y la oposición sí sabe que va a enfrentar a un adversario que tiene todos esos poderes y que tiene capacidad de decirle: mira no me interesa reconocerte resultados electorales. Por tanto el candidato que elijan no puede ganarle al oficialismo diciendo que les van a cortar la cabeza, los va a mandar preso, les va a quitar todo lo que tienen, porque obviamente el Gobierno no le va a entregar el poder, porque eso no ha pasado en ninguna parte del mundo.
¿Deben hacer como ocurrió en Chile, que el dictador Augusto Pinochet, entregó el poder en 1990, pero permaneció como comandante en jefe del Ejército?
Sí, cuando ha ocurrido casos similares al de Venezuela lo que viene a continuación es un periodo de entendimiento. En Chile era Augusto Pinochet, en Sudáfrica era Frederik de Klerk, el jefe del apartheid. Mandela tuvo que negociar con de Klerk y lo puso como su vicepresidente durante su gobierno. Y luego en Chile tuvieron que ponerse de acuerdo no por primarias sino por sentido común, por criterio político, llegar a un entendimiento para que el candidato que fuesen a proponer contra Pinochet, sabiendo que tenía el control de todos los poderes cumpliera tres requisitos: el primero que tuviese la capacidad de unir al pueblo chileno al máximo. Segundo que tuviese características de estadista y tercero y más importante, que le cayera bien a Pinochet. Patricio Aylwin, fue quien le ganó a Pinochet, era demócrata cristiano, apoyó el golpe militar de Pinochet y eso hizo que Pinochet y sus militantes se quedaran tranquilos y confiaran en Aylwin para restablecer la paz en Chile.
¿El país entiende que un buen candidato de oposición debe contar con la confianza del chavismo?, porque hay quienes dicen que lo que quiere Maduro es una oposición a su medida.
Es casi así. Por eso decía que el candidato opositor debe gozar de la confianza de Nicolás Maduro y su comportamiento importa mucho. Tiene que ser una persona que no sea un opositor furibundo, radical, lleno de odios, porque eso no le gusta al chavismo. Que tiene que ser de esa manera y el que plantee eso es un colaboracionista del régimen, como me llamaron en una oportunidad algunos necios. Pues la culpa no la tengo yo, la culpa la tiene en todo caso la dirigencia opositora que no supo administrar correctamente sus victorias. Que dilató todos sus poderes en aventuras irresponsables.
¿Ve usted la posibilidad que la Plataforma Unitaria logre unidad con la Alianza Democrática de cara a unas presidenciales?
Es indispensable, si quieres ganar las elecciones en el año 2024 tienes que unirte. La oposición toda, la Alianza Democrática y los llamados puros, no sacaron más de 4.1 millón de votos en las elecciones regionales y municipales de 2021. Obviamente gana el chavismo porque esos factores fueron divididos. Pero la oposición tiene que incrementar su votación de 4.1 millones a dos millones de votos más para que tenga una victoria contundente y se evite el desconocimiento de los resultados. Entonces yo creo que la oposición necesita pasar a un proceso de reflexión urgente y marcar distancia definitivamente con los radicales. Los radicales que se vayan por su lado y que les vaya bien.
¿Qué errores ha cometido la oposición que la han llevado al fracaso como usted asegura?
En el año 2015, tuvieron una victoria abrumadora en la Asamblea Nacional (AN) 2015, logrando la mayoría absoluta. Ellos no supieron administrar ese triunfo. Yo recuerdo haberles sugerido que pidieran una audiencia con Nicolás Maduro para plantearle que poder Ejecutivo y Legislativo debían sinergizar para ponerle punto final a la crisis que conmueve a la nación. Pero lo que hizo Henry Ramos Allup, presidente electo de la AN, fue comprarle a Leopoldo López y a María Corina Machado la tesis del «Maduro vete ya», entonces había que salir de Maduro de inmediato y no esperar al 2018 para las presidenciales.
¿Qué consecuencias tuvo esa decisión?
Perder la mayoría de las elecciones regionales y municipales que se dieron en 2017, cuando la oposición tenía garantizado, según estudios de opinión, más de 20 gobernaciones y más de 200 alcaldías. Iban a llegar a unas presidenciales en 2018 con ese capital ganado. ¡Por Dios!. El Gobierno no iba a tener dinero para mantener protectorados ni nada de eso porque eran 20 gobernaciones. Pero la oposición no se puso en modo diálogo con el Gobierno, sino en modo guerra, y después fracasa la ilusa pretendida salida constitucional para destituir a Nicolás Maduro. Luego inventaron la tesis del referendo revocatorio, obviamente cuando ve que lo que viene a continuación es que le van a cortar la cabeza, los oficialistas se atrincheraron, eliminan a tres diputados de la AN de Amazonas, crean la Asamblea Constituyente, hicieron 40 mil cosas para impedir que ellos fuesen defenestrados del poder.
¿Cómo evalúa la etapa del año 2019 hasta diciembre de 2022 mientras existió el gobierno interino?
El famoso gobierno interino fue un fracaso, nunca fue gobierno en realidad. Entonces, ante el fracaso de eso, la oposición debió rectificar, olvidarse de la vía insurreccional. El 23 de enero de 2019 Leopoldo López y Juan Guaidó baipasearon a la oposición y a la Mesa de la Unidad Democrática, y se juramentó como presidente encargado cuando eso nunca fue consensuado. En el golpe del 30 de abril de 2019, nadie sabía de aquello, sólo Leopoldo López y Juan Guaidó y alguna gente de Primero Justicia. Entonces yo digo que ¿hasta cuándo?. Hay que reconocer que fracasaron.
Hay un diálogo activo en México. ¿Qué esperar de esa negociación entre Gobierno y oposición?
La oposición en México está negociando en una posición de mucha debilidad. El único poder que tiene en sus manos para sentarse a negociar con Maduro son las sanciones, más nada. Políticamente en Venezuela la oposición está desmantelada. El Gobierno lo que pasa es que está en su juego, quieren que les quiten las sanciones para recuperar económicamente al país por la vía capitalista, porque ya se olvidaron del tema de la economía socialista, ya lo entendieron finalmente, que les quiten las sanciones, se recupere económicamente el país y ellos piensan que con esa recuperación van a seguir en el poder por sécula seculórum.
La Plataforma Unitaria realiza una gira por Europea para reimpulsar la negociación en México. ¿Qué tanto respaldo internacional tiene ahora la oposición?
Yo creo que en 2019 hubo una decepción enorme en el mundo entero con respecto a los venezolanos. Yo recuerdo que el famoso golpe militar planificado en el famoso Cucutazo, en Cúcuta, yo leí los tuit del presidente de Paraguay, de Ivan Duque, Mike Pence, de Sebastián Piñera en Chile, escribió un tuit en el que decía: le faltan pocas horas al Gobierno de Nicolás Maduro. ¿En qué se basaron esos presidentes para decir eso?, pues en la promesa de un golpe militar que iban a dar los militares venezolanos y la oposición venezolana en ese momento les dijo a ellos que eso estaba hecho. Pues los engañaron, eso no estaba hecho nada. Y los pocos militares que se atrevieron a pasar la frontera, lo que hicieron fue huir, no se quedaron combatiendo y después los abandonaron.