Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- El mayor temor suele ser la deficiencia respiratoria, ante los riesgos que el Covid-19 ataque los pulmones. Pero su carga viral es tan impredecible, que su carácter inflamatorio es sistémico y perjudica a cualquier órgano. Cada paciente responde diferente, de acuerdo a la resistencia de su sistema inmunológico, el riesgo de comorbilidad al padecer otras enfermedades y de acuerdo a atención oportuna en casa.
Por su naturaleza, el coronavirus demuestra que intenta mantenerse y sus mutaciones -a un año de pandemia– se fija en variantes que suelen ser más contagiosas, tales como la de Reino Unido, californiana, sudafricana, brasileña y hasta la india. Su comportamiento es definido por Edgar Capriles, experto en economía de la Salud, por su variabilidad, tan cambiante en cada paciente.
Ilustra cómo un caso preliminar puede arrojar trombocitopenia, por la baja de plaquetas que genera erupciones en la piel y sin la causa de alergias a algún químico. Al seguir indagando por las pruebas inmunológicas, el resultado definitivo fue una prueba PCR que dio positivo. «Por eso no se debe desestimar cualquier síntoma y se recurre a un diagnóstico real», advierte Capriles ante la posibilidad de una clínica aguda en el momento y hasta una posterior depresión, por los trastornos psicológicos que afectan hasta el estado de ánimo.
Sin generalizar
«Suele matar por el pulmón», recuerda el doctor Ruy Medina, ante las lesiones en el alvéolo capilar que permite expulsar el aire, desplaza el dióxido de carbono en la hemoglobina y se expande por todos los órganos. Dicho proceso de oxigenación de la sangre, puede ser obstruido al inflamarse e interferir en el intercambio gaseoso. No ventila a los órganos y el organismo termina asfixiado.
Un análisis compartido por Huniades Urbina, secretario general de la Academia Nacional de Medicina, al precisar que la insuficiencia respiratoria, va de la mano con la vigilancia en los niveles de oxígeno. Se debe tener a la mano un oxímetro, aparato que permite medir la saturación que debe ser superior a 92. De lo contrario, el cuerpo empieza a desvanecerse, se asfixia y hasta llega a perder la conciencia.
La amenaza puede afectar intestinos con vómito o diarrea, trombosis o encefalitis en el cerebro, nefrosis por inflamación del riñón, entre otros que puedan dejar un paciente en estado crítico. El infectólogo, Antonio González Mata también recalca que termina «inverosímil, polifacético e impredecible» con hipertiroidismo, pancreatitis, hepatitis al interferir en el hígado y hasta priapismo, por el intenso flujo sanguíneo en el pene y una dolorosa erección por varias horas.
Toda una cadena de riesgos que se acentúan en aquellos pacientes de comorbilidad, tal como lo detalla la doctora Rossi D´ Apollo, desde la comisión anti Covid de la UCLA, ante fumadores o asmáticos con menos capacidad para resistir la deficiencia respiratoria. Los hipertensos con una desventaja de un corazón dilatado, con más dificultad. Diabéticos, posiblemente crónicos y con un sistema vascular desgastado. Mientras los obesos tienen menos capacidad pulmonar porque restringen el diafragma.
Los expertos coinciden que no hay un patrón específico, es tan cambiante.
Estudiar más y dar con secuelas
Ante lo nuevo que resulta el coronavirus, por sus constantes cambios y lo selectivo de su agresividad, Ruy Medina, exdirector de Salud de Lara, señaló la importancia de estudiar a fondo y hasta determinar los futuros cuidados.
Se refiere a que los cuerpos de la víctimas por Covid-19 deben ser estudiados detenidamente y así conocer cómo fue el comportamiento. Una evolución que ataca sin piedad a diversos órganos y especialmente a los pulmones. «No se sabe con exactitud cómo puede terminar de perjudicar a otros órganos, salvo que se detalle en las autopsias», precisó que dichos resultados pueden conocer las secuelas más comunes en los pulmones, en aquellos pacientes recuperados luego de una estadía crítica con ventilación mecánica, a varios días de atención en cuidados intensivos. «¿Qué les podría pasar en un lapso futuro de 3 a 4 años?», pregunta.
Recuerda que la complicación en esta fase crítica puede ser tan compleja, que además de los pulmones, termina inflamando garganta y faringe. Una sintomatología que varía entre malestares que incluyan fiebre y hasta diarrea.
Refiere un tema tan delicado que puede comprometer el riñón por la carencia de carga líquida y su debido funcionamiento.