Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- La medida de decretar flexibilidad total en los meses de noviembre y diciembre es asumida como una amenaza para generar una especie de calma, previo a las elecciones regionales de este 21 de noviembre que podría generar un aumento de contagios de covid-19, teniendo deficiencias en servicio fijo de agua y hacinamiento en transporte público, que vulnera las normas básicas de prevención para el lavado de manos y distanciamiento.
Expertos temen que se repita la misma situación de final del año 2020 y Carnavales 2021 flexibles, que generó un rebrote. Un riesgo absoluto por la falta de control con más de mil casos diarios y con las cinco variantes que circulan en Venezuela, siendo la delta de mayor transmisibilidad. Mientras tanto, a seis meses de vacunación no se ha llegado al 70 por ciento de la inmunización de rebaño.
Entienden la presión que se pueda tener a nivel de la economía, a 19 meses de la pandemia y por la contracción de la producción, pero advierten de una apertura que sea entendida como una relativa seguridad y sin controlar la exposición al riesgo, esa que empieza por el incumplimiento del distanciamiento ante la necesidad de cubrir la realidad socioeconómica, desde la preocupación por el sustento diario. Además del precedente de esa doble flexibilización, que empezó por el interés de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2020 y se replicó en los Carnavales 2021, dejando un salto en la curva de 21.381 casos en el mes de marzo a 37.179 infectados de abril y siguiendo en alza en los dos meses siguientes hasta junio con 38.547 contagiados. Los riesgos siguen con una data oficial que no baja de mil casos diarios y que suele ignorar algunos estados, según los expertos como si se tratara de falta de información.
La advertencia empieza desde el infectólogo, Julio Castro, quien asegura que la situación no mejorará en las próximas semanas. «Esto va a durar mucho tiempo, mínimo dos años más. Venezuela está en un momento de alta transmisión, sobre todo en la región capital», acotó considerando la falta de criterios para liberar el sistema 7+7, considerando el ascenso con la variante delta, principalmente en la región central.
Es una base que arranca desde la cotidianidad y esa lucha con las fallas en servicios públicos, donde esencialmente está afectado el suministro fijo del agua. Carlos Meléndez, director del Observatorio de Universidades, advierte que en un reciente estudio confirmaron que desde 2019 se conocía más del 60% de la población sufría con dicho servicio interrumpido y que se reflejaba en planteles educativos. «Sin mantenimiento y asfixia presupuestaria, hasta se conoció de la pérdida o daño en bombas», recordó de una situación que se agudizó con la pandemia, al punto de extenderse con las fallas de lavamanos operativos en centros asistenciales.
La denuncia es compartida por el dirigente político, Macario González, al precisar que «se trata de una decisión irresponsable con 80% de los hogares presentando problemas con el agua«. De allí, comunidades que reciben de manera intermitente y otra mayoría con el suministro semanal, comprometiendo la higiene y desinfección de manos y espacios. Además del foco en transporte público, de menos unidades por pérdida en la flota o escasez de combustible, que abarrota de pasajeros sin la mínima ventilación. Distanciamiento olvidado por la necesidad de movilizarse a diario.
Sin trasfondo
Como el mismo anuncio, previo a un proceso electoral, así lo considera Jaime Lorenzo, presidente de la organización Médicos Unidos de Venezuela, al considerar que en esa oportunidad había un registro de casos que hasta noviembre de 2020 apenas empezaba a superar los 10 mil al mes y terminó con el segundo rebrote que luego arrastró las variantes, esas que empezaron a manifestarse desde marzo de 2021. «Acabar con el 7+7 es bien criticable, porque se trata de una decisión sin tener el control de la enfermedad«, refuta de ese promedio que asciende los mil casos diarios, dejando algunos reportes con hasta 7 estados sin registros en 24 horas y que desde la semana pasada se perciben las fallas en el sector público para la aplicación de las pruebas PCR, por falta de reactivos. Atenuante perjudicial para los diagnósticos oportunos.
Además, cuestiona que la cobertura con vacunas anticovid ni podría llegar al 50% confirmado por el Gobierno, cuando según los cálculos no abarca ni el 30% de venezolanos con el esquema vacunal completo hasta mediados de octubre de 2021, cuando se debería estar a 70%.
El repudio también se escucha de Huniades Urbina, secretario general de la Academia Nacional de Medicina, al lamentar que «se trata de anuncios proselitistas. Tan chévere, vienen las elecciones. Todo el mundo libre. Todo el mundo comprando y la pandemia andando». Un lamento ante la falta de medidas estrictas que ni consideran una campaña permanente informativa sobre la prevención ni las condiciones para evitar el congestionamiento que se aprecia en las principales calles comerciales, establecimientos, entidades gubernamentales y en las unidades de transporte público.
Uno de los principales riesgos es la variante delta que es más contagiosa, con estudios de un alcance de hasta más de 6 por cada contagiado y con la sintomatología cambiante, además de la posibilidad de tener una clínica acelerada que pueda complicarse sin la atención oportuna en 72 horas. De allí, que la especialista Deyanira Gentille llama al recato para que la flexibilización no implique la disminución del distanciamiento social. Sería más gente en la calle, tal como se aprecia en las principales vías del centro de Barquisimeto. «El temor es por el riesgo de exposición y de ser así se tendrían resultados desde noviembre», recalca Gentille.
Prudencia con los menores
Con el tiempo encima por el comienzo de clases presenciales este 25 de octubre, ya se conocía el anuncio del Ejecutivo nacional de vacunar a menores desde los 3 a 18 años. Decisión que fue refutada por expertos, cuando no se especificó el tipo de vacuna ni detalles para los padres. Afirman que se deberían considerar estudios previos hasta de otros países, que han considerado la inmunización a partir de los 6 años de edad.
El proceso empezó a darse ese mismo día de llamado a clases con la vacuna china Sinopharm en liceístas, cuando se debía cumplir con la vacunación masiva a todos los venezolanos. Así lo recuerda Huniades Urbina, secretario de la Academia Nacional de Medicina, reiterando el respaldo a dicha aplicación en adolescentes en otros países y con la aprobación de los padres. Señala que Chile desarrolló sus investigaciones y consideró a partir de los 6 años, sin considerar a niños tan pequeños.
Para Luzmila Leal, coordinadora de Médicos Unidos en Lara, se tienen países desarrollados que incluso han empezado en menores de 12 años y bajo ciertas condiciones de comorbilidad. «Sólo se pide prudencia con vacunas aprobadas y no arriesgar la vida de los niños», advierte de este tema tan delicado para los escolares y de la garantía con biológicos aprobados.
Alerta en refuerzo
Con una extraña aceleración perciben este esquema de vacunación anticovid, cuando los expertos quedan entre dudas en esa espera de los refuerzos, sin llegar al 70% de la inmunización de rebaño. No entienden cómo el presidente Nicolás Maduro aseguró el pasado 18 de octubre, que para comienzos de 2022 se estarían recibiendo las terceras dosis y serían aplicadas en el primer trimestre.
«No deberían estar anunciando este tipo de información, sabiendo que no se llega ni al 80% de venezolanos con el esquema vacunal completo«, señala que se debe conocer ese barrido que permita analizar el efecto de la vacunación. Cumplir los ciclos y desde la inmunización completa.
La OMS reciente advertía que las vacunas chinas Sinovac o Sinopharm ameritaban de la tercera dosis para los pacientes de mayor riesgo, según Alejandro Cravioto, presidente del Grupo Asesor Estratégico de Expertos de dicha instancia. La prioridad es que debe administrarse a personas con un sistema inmunológico grave o moderadamente comprometido.
En el caso de Venezuela, se tiene que los biológicos chinos han sido los más recurrentes, incluso en municipios foráneos por la facilidad de traslados sin comprometer la conservación con la interrupción en la cadena de frío. Caso contrario de la rusa Sputnik, que se aplica en principales centros de vacunación.