Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Estamos entrando a una recesión», advirtió el economista, Gerardo Álvarez, al evaluar los indicadores macroeconómicos que ha registrado el país desde junio de 2022 a la actualidad. «Tenemos un año con una caída del Producto Interno Bruto (PIB), es decir, se han producido menos bienes y servicios, ha habido menos inversión privada, una contracción del consumo, de las exportaciones y hasta del gasto público«, aseveró. Lo que representa que el optimismo y las expectativas de mejoría económica que experimentó la población a inicios del año pasado se están desinflando.
El ligero crecimiento que tuvo el sector privado en áreas como alimentos, cuidado personal, salud, farmacias, algunas empresas de manufactura, comercios al detal, así como la aparición de pequeños emprendimientos y restaurantes en zonas de Caracas y las principales ciudades, aunado al aumento de los precios del petróleo experimentados en 2022 por la invasión de Rusia a Ucrania, no fueron suficientes para sostener en el tiempo el desarrollo económico de la nación.
Álvarez explicó que después que Venezuela experimentó una de las mayores devastaciones financieras al contraer su economía 80% desde el 2013 hasta el 2021, experimentando ahora un «enanismo económico», el país dejó de ser comparado entre las grandes economías de Suramérica. En este momento se parece más a los pequeños países de Centroamérica, como Honduras, El Salvador, Costa Rica o incluso no es muy diferente a economías como la de Nicaragua.
«Siendo tan pequeño y frágil, cualquier desequilibrio es un solo indicador macroeconómico relevante, por ejemplo, el petróleo afecta de manera sustancial al resto de la economía. José Guerra, economista, dice que Venezuela es el petróleo. Yo agrego que crece al ritmo del petróleo por ahora«, destacando que el sector de hidrocarburos sigue siendo el principal motor para dinamizar el país.
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