LA PRENSA DE LARA | Agencias.- Desde que Colombia y Venezuela rompieron relaciones diplomáticas, el gobierno de Nicolás Maduro envió a decenas de espías venezolanos al país vecino para infiltrarse en los servicios de inteligencia, así como para seguir los pasos de políticos opositores exiliados. Uno de ellos fue Alejandro Olivares, de 35 años, quien en los últimos días apareció muerto misteriosamente en Venezuela, según informó el periódico colombiano El Tiempo.
De acuerdo a lo indicado por ese medio, Olivares, oriundo de Consejo de Ciruma, municipio Miranda del estado Zulia, fue abatido este mes durante un enfrentamiento con agentes del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) en el municipio Cristóbal Rojas, a 30 kilómetros al sur de Caracas.
El espía venezolano se trasladaba junto a otras cuatro personas cuando fueron interceptados por los uniformados, lo que provocó un tiroteo entre vehículos.
Tras la persecución, Olivares chocó contra una montaña, al borde de la autopista regional del Centro. Según reportan los medios locales, habría perdido el control del vehículo tras recibir varios impactos de bala.
Los agentes del CICPC encontraron en el interior del auto una pistola Glock y munición de 9 milímetros.
Hasta el momento se desconoce el motivo del enfrentamiento armado. El Tiempo indicó que el caso permaneció bajo reserva cinco días.
En marzo del año pasado Olivares, junto a otras dos personas, fue deportado de Colombia por encabezar una red de espías venezolanos. Las autoridades colombianas hallaron evidencia de que los venezolanos pertenecían a las Fuerzas de Acciones Especiales (FAES), uno de los brazos armados del presidente Maduro.
El FAES fue creado por Maduro en 2016 y es señalado de realizar actividades de represión y persecución contra la oposición tanto en Venezuela como fuera del país. Además, es acusado por organizaciones de derechos humanos de cometer actos de torturas y ejecuciones extrajudiciales.
El año pasado el Grupo de Articulación Operacional de Migración (GAO) de Colombia verificó denuncias recibidas en enero sobre la presencia de una célula encargada de planear y ejecutar atentados contra miembros de la oposición venezolana que se encuentran en el país.
Luego de tres meses de verificación y labores de inteligencia, fueron ubicados en el municipio de Madrid, Cundinamarca, al centro del país, donde operaba una red de espionaje liderada y financiada desde Venezuela.
El Tiempo informó en ese entonces que, entre otras labores, los espías chavistas en Colombia realizaban seguimientos en centros comerciales y lugares públicos al diputado venezolano Hernán Alemán, opositor al Gobierno.
Alemán fue vinculado a la planificación de la Operación Gedeón, un movimiento insurreccional contra Maduro a ser ejecutado por militares venezolanos rebeldes. La operación, no obstante, terminó fracasando en mayo del año pasado.
La oposición denunció que en realidad se trató de una puesta en escena orquestada por la administración chavista.
Medios de comunicación de Colombia y Venezuela informaron que Olivares fue elegido para esa misión porque era de la misma región de Alemán, con quien habría entrado en contacto bajo el argumento de que tenía información de su interés. Sin embargo, el ex diputado opositor, quien el año pasado murió de coronavirus, sintió desconfianza y cortó comunicación con el espía chavista.
Olivares también tenía entre sus blancos a colaboradores de Alemán y a militares venezolanos que se encuentran en Bogotá.
En su ingreso a Colombia, el líder de la célula criminal trató de evadir los controles, presentando un comprobante de tramitación de una cédula colombiana que adquirió de manera ilegal. Sin embargo, entre sus artículos personales se le encontró el carnet de las FAES que lo identificaba como Oficial Jefe Adjunto del Jefe del Batallón Falcón.
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