Osman Rojas | LA PRENSA.- A los padres si los pela el chingo los agarra el sin nariz. Según los números publicados por la sociedad Defendamos la Nutrición, en Venezuela hay una escasez del 90% en cuanto a fórmulas lácteas, situación que es aprovechada por los bachaqueros quienes ofrecen las pocas que se consiguen, en un millón 400 mil bolívares.
“Por internet los bachaqueros hacen fiesta. Yo tengo una semana buscando la leche maternizada, pero por ninguna parte se consigue”, comenta la señora María Eugenia Carrasquel, madre de un pequeño de ocho meses.La mujer, que se encontraba a las afueras de Far
matodo preguntando por la leche maternizada, denunció que en Facebook le estaban pidiendo un millón 400 mil bolívares por una lata
“Para mí, pagar eso es imposible. Mi esposo trabaja como ayudante en unos chinos y allí gana sueldo mínimo. Yo hago uñas y lo poco que entra lo gasto en comida”, lamentó.
El drama de Carrasquel es el mismo que atraviesan cientos de padres en el estado y es que, pagar una lata de fórmula lácteas duele más que una pedrada de cerquita.
Carolina Cortés, vicepresidenta de la Asociación de Madres y Padres en Lara (Mapani), habló sobre esta situación y dijo que hay padres dándole a sus hijos atoles o puré porque no tienen cómo comprar fórmulas bachaqueadas.
La luchadora social explica que en las grandes farmacias (Farmatodo y Locatel) el producto llegaba cada quince días pero la regularidad en la distribución se ha visto afectada en los primeros dos meses del año pues hace más de tres semanas que el estado no recibe leche maternizada.
Lo que más nos indigna es la postura silente que tienen las autoridades nacionales con el tema del bachaqueo. Hay personas que ofrecen la leche maternizada de manera descarada en las redes sociales y nadie frena esto”, dijo.
La Prensa tuvo acceso a una conversación que una madre tuvo con un bachaquero de leche maternizada. En el chat (que se le mostró al equipo reporteril) se veía cómo el comerciante presionaba a la mujer para que hiciera la transferencia lo antes posible.
“Sólo me queda una y me la están comprando”, “si no pasa la plata hoy no le garantizo la lata” o “apenas transfiera me pasa el capture”, eran frases que se podían leer en la conversación telefónica que la madre sostuvo con el bachaquero.