Educación financiera es esencial para el hogar y las empresas

Si bien nueve de cada 10 personas en edad productiva en Venezuela se sienten motivadas para ganarse la vida en una actividad emprendedora, según el Monitor Global de Emprendimiento 2024-2025 (GEM), por sus siglas en inglés. Economistas y consultores destacan que la educación financiera que recibe la mayoría de la población es muy limitada. Casi nula en primaria y secundaria, y con ciertas iniciativas en las universidades en carreras relacionadas con ciencias sociales.

En las familias venezolanas, la cultura financiera es empírica. Debido a la pérdida de fuentes estables de ingresos entre 2014 y 2021, cuando el país experimentó una contracción económica, y a las bajas remuneraciones de la fuerza laboral que hizo que en 2023 el 51,9% de la población estuviera en pobreza multidimensional, que abarca el nivel de ingresos, acceso a servicios, educación y salud, según la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi). Pocas familias pueden contar con un presupuesto de control de gastos, planificar inversiones, adquirir una póliza de salud o tener un fondo de ahorro en moneda dura.

«La noción de que en un hogar se necesita un fondo de emergencia para atender una enfermedad, generalmente recae en las madres o abuelas, que son gerentes del hogar por excelencia. Esas previsiones suelen estar vinculadas con las mujeres», comentó Aarón Olmos, economista y profesor de posgrado del IESA. Aunque señala que hay excepciones. Por un tema cultural, descendientes de extranjeros como europeos, árabes, asiáticos y judíos sí han transmitido la cultura de hacer negocios, emprender, cuidar el dinero e invertir, por generaciones, en vez de trabajar para un tercero.

«La educación financiera es fundamental para la toma de decisiones, para planificar a largo plazo, protegerse contra los imprevistos y sobre todo aprovechar las oportunidades de negocio que se presentan. Es muy probable que quienes apliquen estos elementos hoy son los que están navegando la fuerte corriente económica del país», opinó Hermann Pargas, CEO de Aprende, una consultora organizacional y de formación de emprendedores.

A pesar de que Joseph Schumpeter, economista de la Escuela Austríaca, considerado «el padre del emprendedurismo», dejó sentado que la base del desarrollo empresarial de los países comienza con el emprendimiento, Aarón Olmos argumenta que la mayoría de quienes emprenden en Venezuela lo asumen como una opción de remuneración adicional, como un «matar un tigre», como coloquialmente muchos expresan.

«Somos un país muy emprendedor porque la economía, la situación, la crisis hace que la gente busque vías alternas de ingresos. Pero no necesariamente hay una cultura de que todo el que inicia un negocio se prepare para ser empresario. En principio, son personas que tienen un deseo de generar ingresos extras y luego pasan a las aulas, puede ser de un banco que dan cursos de emprendimiento, algunos hacen un curso de contabilidad para tener nociones de un negocio», indicó.

En los últimos años han aparecido alternativas de formación y educación financiera, fundamentalmente privadas. Algunas instituciones bancarias y empresas dan cursos online. Universidades como el IESA y la UCAB, y firmas económicas enseñan a emprendedores. Hay quienes prefieren el autoaprendizaje, bien sea comprando un libro o asistiendo a conferencias, tutoriales y foros que se han masificado con la digitalización. También hay algunas alternativas gubernamentales. Pero quienes se forman lo hacen por un interés personal, consultores afirman que no hay una política de Estado para todo el sistema educativo nacional que se interese en formar sobre finanzas, como una materia importante para la vida.

Necesidad de reforma

Andrés Guevara, director de la firma económica Omnis Business Partners, considera que debe haber una «renovación curricular» en todos los niveles de la educación para que se incluya en la formación las finanzas. «Debe ser un tema de mediano y largo plazo. Así como en las escuelas enseñan matemática desde los primeros años y ahora robótica, igualmente deberían enseñar educación financiera, porque cada día hay más personas interesadas en emprender», expresó.

Según el Monitor Global de Emprendimiento 2024-2025 (GEM), desde 2021 hasta 2024 se certificaron 1.4 millones de nuevos emprendedores en Venezuela, el 64% fueron mujeres. Uno de cada ocho adultos en el país está en una actividad emprendedora en etapa temprana, pero sólo un pequeño porcentaje logra superar los tres años y medio de etapa inicial y lograr una empresa establecida.

Los especialistas señalan que esto tiene mucho que ver con la falta de educación financiera, y también por el escenario hostil que registra la economía del país. «Hay mucha informalidad en el proceso de emprendimiento. Una informalidad que permea no sólo a nivel de las estructuras, sino también a nivel de lo que es como tal el emprender. No sólo a nivel regulatorio o de cobro, la realidad es que hay mucha improvisación», afirma.

Dice que eso se observa mucho en negocios de gastronomía, donde el mercado está abarrotado de restaurantes de comida rápida. «Hay un mercado saturado y las personas invierten sin analizar a la competencia, sin estudiar cómo hacer para que el negocio sea sustentable, desconocen el volumen de ventas, el entorno macroeconómico. De alguna manera, todo eso suma para el fracaso», opinó Guevara.

Aarón Olmos, economista, también señala el entorno regulatorio y la cantidad de requisitos burocráticos que se requieren para registrar una empresa. «La crisis, la falta de financiamiento y los propios obstáculos y retos que presentan los emprendimientos en cualquier lugar del país, hace que la tasa de fracaso sea alta. Para formalizar una empresa, una persona puede demorar 200 días. Crear una empresa además requiere entre 1.500 y 2.000 dólares, quien no tiene acceso a financiamiento se le hace muy cuesta arriba formalizarse», acotó.

Ahorro debe ser un hábito desde niños

Michell Flores es directora de la Escuela de Emprendedores para Niños y Adolescentes en Barquisimeto. Allí enseñan a los pequeños desde los siete hasta los 11 años a ahorrar sin importar la cantidad de ingresos que reciban. Asimismo, los ayudan a comprender lo que es un presupuesto y los impuestos.

«Los principios básicos de la educación financiera son: qué es un ingreso, gasto, deseo, necesidad, ahorro, inversión y prioridades. A los niños les decimos que un presupuesto es planificarse antes de gastar un dinero. Y fomentamos el ahorro con base en propósitos, también el emprendimiento. Le pedimos a los padres que les asignen tareas, responsabilidades, como tender la cama, leer un libro, lavar el carro, ayudar en casa, y en la medida que cumplan esas metas reciban una mesada o remuneración que deben ahorrar. A veces los padres nos dicen: en Venezuela no se puede ahorrar, pero les decimos que sí se puede, porque no se trata de cantidad, sino de un hábito», explica.

A sortear la inflación

Según Hermann Pargas, consultor organizacional del estado Trujillo, el principal reto que tiene todo emprendedor o empresario consolidado en Venezuela es sortear la realidad macroeconómica del país, comenzando por la alta inflación, seguida del diferencial del tipo de cambio que hasta este miércoles 12 de marzo se ubicó en 21,62%, entre el tipo de cambio oficial y el paralelo.

Asimismo, sobrevivir en un mercado en donde la mayoría de las transacciones se están realizando en bolívares, una moneda que se devalúa continuamente y en donde no hay acceso suficiente a divisas ni a través de la banca venezolana ni en el mercado paralelo, es cuesta arriba.

«Los emprendedores también enfrentan la escasez de insumos o de materia prima que hay en Venezuela, y la mayoría debe depender de las importaciones. Eso hace que los productos nacionales terminen siendo mucho más costosos», refirió.