José Miguel Najul | LA PRENSA.- Dos pequeñas cúpulas partidistas, que se disminuyen aceleradamente, se están resistiendo a un verdadero cambio. Mientras tanto, la población, desesperada por las condiciones críticas que padece Venezuela, van migrando hacia la búsqueda de una postura de reencuentro y perdón social.
Lo anuncia el mayor general (R) Miguel Rodríguez Torres, quien fue ministro de Interior, Justicia y Paz desde el 2013 al 2014, al asegurar que esos grupos en el poder están conduciendo a la gente hacia escenarios de violencia que sólo lastiman al pueblo.
Rodríguez Torres, oficial que participó en las acciones del 4 de febrero de 1992 junto a Hugo Chávez, ha sido atacado en varias oportunidades por plantear abiertamente su postura; sin embargo, sostiene que se mantendrá promoviendo un movimiento de amplitud, a través del cual está en la búsqueda de personas “que quieran poner sus ganas y su esfuerzo en la recuperación de la institucionalidad, para resolver la crisis económica y política que vivimos los venezolanos”.
¿A qué se refiere cuando dice que “las cúpulas no van a resistir al pueblo”?
-A que hay dos grupos en el país que cada vez se están haciendo más pequeños. Están resistiéndose a un verdadero cambio político y sólo están peleando por el poder, no por solucionar los problemas de los venezolanos, que más temprano que tarde buscarán una vía para resolverlos.
¿Tiene el pueblo que pasarle por encima, dejarlas de lado, o cómo sale adelante?
-Tiene que salir adelante de manera pacífica. Cada cúpula es más chiquita a medida que pasa el tiempo y por eso hay tanta resistencia hacia el proceso electoral. En el primer comicio que haya habrá un cambio en la proporción del poder. Si algo ha desarrollado el pueblo venezolano ha sido una conciencia política sólida. Pero hay que meterse en el barrio para saber cómo es la cosa en la calle. La historia ha demostrado que las cúpulas caen.
¿Pero esas cúpulas no llevan más bien a los venezolanos a una confrontación?
-Precisamente, porque esas cúpulas no se dedican a solucionar los problemas sino a luchar por el poder. No recuerdan que no hay medicinas ni alimentos, que no alcanzan los sueldos y que hay temor a la inseguridad. Eso es lo que le causará un gran desgaste a esos grupos pequeños que están arriba.
¿Hay espacio para otras visiones?
-Yo, cuando he tratado de emitir una propuesta despolarizada he sido atacado. Hubo laboratorios que trataron de difundir mi imagen como si fuera la de un traidor. Pero insisto, que si se le cierran las puertas al diálogo se le abren las puertas a la violencia.
¿Y ese no es el desenlace al que apuestan tanto el Gobierno como la oposición?
-Pareciera. El diálogo fracasa porque no está conectado con la realidad, y conducirá a la violencia que es el fin de esas cúpulas de poder. Ellos están pensando que el que gane en esa confrontación será el que se impondrá y aplicará la hegemonía, producto de ese triunfo, pero creo que hacen un cálculo muy malo.
¿Pero la gente no cae en ese juego?
-No puede caer en ese juego, porque no son los líderes, sino la gente es la que lleva la peor parte de la confrontación.
¿No está el diálogo, que es el mecanismo para evitar la violencia, desgastado por su uso sistemático sin resultados?
-Aún siendo así, el diálogo sigue siendo el camino democrático, y debe ser llevado en conjunto con la realización de los procesos electorales por los que hay que luchar.
¿Luchar por lo que está en la Constitución?
-Claro, porque se lucha por el derecho que está siendo vulnerado. Si no se viola el derecho para qué se va a luchar. Nosotros estamos trabajando, desde un movimiento amplio, para luchar por los derechos, pero también elaborando nuevas propuestas políticas ante la situación real y objetiva del país.
¿Pero qué buscan en lo concreto con sus visitas a las regiones?
-La creación de un movimiento muy amplio, aún no hemos decidido el nombre, que tiene referencias en otras experiencias parecidas en el mundo. La idea es que, con un esfuerzo de todos, los mejores puedan sumarse a la recuperación de la institucionalidad, la economía nacional y a resolver la crisis política, que es la originadora de lo que estamos viviendo.
¿Y la gente no responde escépticamente a esta postura?
-Para nada. Es una especie de diálogo con la gente. Recogemos propuestas, inquietudes y necesidades. Les damos un mensaje, le explicamos cómo pueden conformar un movimiento de estos y por qué deben hacerlo. Esto ha generado unos debates muy interesantes.
¿Cómo define el movimiento amplio?
-Es la participación de todo el que, de buena voluntad, quiere trabajar para sacar este país de donde está.
¿Quieren ustedes resolver los problemas, pero no enfocarse en promover una ideología política?
-No nos interesa implantar al país una ideología en particular. De las reuniones de donde vengo se habla de la ideología, y decimos que la lucha ideológica culmina en la definición del modelo económico. Yo lo que hago es leer el artículo 299 de la Constitución, que es nuestra ideología económica, por llamarlo de una manera.
¿Qué dice ese artículo 299?
-Que el Estado, junto con la iniciativa privada, debe trabajar para la generación de empleo, la economía y la soberanía. Está en la Constitución, no hay que generar nada, y el haberlo saltado ha sido lo que ha generado la situación en la que estamos.
¿Por qué no hizo estas propuestas cuando era ministro?
-Cuando era ministro me dediqué a dialogar. Eso está registrado en todos los videos y entrevistas. Me reuní con todos los gobernadores y alcaldes del país, independientemente de su postura política. Y lo hacía desde el concepto que brindo hoy: que cuando se trata de los problemas de la gente no podemos discutir ni por el poder ni por la ideología.
¿Pero eso sirve hoy en día cuando tanto el Gobierno como la oposición han exacerbado la polarización política?
-Si no se hace ahorita habrá que hacerlo después. Pero esa exacerbación de la lucha ideológica, al final le hace daño a los polos que están en el poder.
¿Qué hecho objetivo determina que los que perciben el daño son los polos?
-Recientemente recibí una encuesta que determina que el 70% de los venezolanos tiende a salirse de los polos políticos. Todas las encuestas que he visto dicen que lo que hay en los dos polos radicales no llega al 27 % de la población del país, sumando MUD y PSUV.
¿Cree que hay espacio para una tercera alternativa, cuando las elecciones han demostrado que la gente se decanta por uno de los polos?
-Yo sí creo que hay espacio y no sólo eso, sino que es lo que percibo cuando hablo con la gente. Hay chavistas y no chavistas, hay de todo, pero son personas buscando nuevos referentes, algo que sea distinto a lo que ya está establecido. Yo no ofrezco nada material en mis propuestas, eso se alcanza con el trabajo, lo que presento es una visión de país diferente. El populismo lo que hace es dañar a un sector de la sociedad.