Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- Poco aprecian el avance a casi 16 meses de pandemia. La curva criolla sigue en alza al arreciar la transmisión del covid-19 ya blindado por variantes de preocupación, dejando a junio de 2021 con la cifra más alta de 38.547 infectados y con mayor inclinación hacia centroccidente. Expertos y gremio médico siguen pidiendo la precisión de la data oficial ajustada a la realidad, que deja en las sombras a los sospechosos y el estricto control que incluye capacidad de respuesta en centros asistenciales junto a la celeridad en la vacunación, pero sin olvidar la responsabilidad de prevención de la ciudadanía.
Las dudas empiezan por ese margen de diferencia de tiempo y limitaciones de cobertura de diagnósticos que denuncia Jaime Lorenzo, presidente de la organización Médicos Unidos de Venezuela, quienes mantienen seguimiento a la data de personal sanitario fallecido por coronavirus que supera los 692 víctimas hasta el 6 de julio de 2021 y casi en su totalidad es ignorado del registro oficial. «Esa estadística oficial sólo toma en cuenta a los positivos de las PCR, pero si tienen insuficientes con una aplicación promedio de entre 3.500 a 3.700 pruebas diarias», recalca de un escenario más real si se aumentara la cantidad de pruebas diarias y ser consecuente.
Recuerda que la meseta se mantiene al techo y sin la precisión de los diagnósticos diarios ni el control de la enfermedad, tal como se implementa en otros países con sus avances progresivos en el proceso de inmunización de rebaño para el 70 % de la población. A más contagios, es el riesgo por la incidencia de casos graves y cuyo estado crítico por la insuficiencia respiratoria termina en ese promedio de fallecidos, con una permanencia entre 15 a 20 muertes diarias desde el pasado abril.
Un comportamiento que trae un incremento de 35,7 % entre las alzas más significativas, considerando el precedente de septiembre de 2020 como el mes más alto con 28.394 casos y ahora con junio, que superó al llegar a 38.547 positivos. Al escudriñar dicho ascenso se tiene a esa segunda ola del virus con fuerza hacia centroccidente, en los primeros sitiales de afectados a Yaracuy con 4.531 contagios, Zulia de 3.121, Lara con 2.505 y Apure en el cuarto peldaño con 2.394 casos, y como la región más golpeada en letalidad con 60 decesos.
Según Jaime, este concentrado que ubica a Venezuela con más de 280 mil contagiados es el resultado de la falta de control, con medidas que empiezan por la protección con implementos de bioseguridad del personal sanitario en el sistema público de salud, sin riguroso seguimiento para obligar al cumplimiento de las medidas básica de prevención que empiezan por el uso del tapaboca, lavado de manos y distanciamiento social, incluso olvidado en las unidades de transporte público, que es el principal medio de traslado del ciudadano que padece la escasez de combustible.
«Estamos en la segunda ola y sin estar preparados, recordando que más allá de las variantes existentes, podríamos desarrollar una mutación autóctona«, lamenta de la presencia de las variantes Gamma (brasileña), Delta (británica) y la andina que fueron detectadas desde marzo de 2021 en territorio nacional, sin tener más detalles de dicha expansión, mientras los mensajes en positivos al superar el 90 % de recuperados puedan generar cierta confianza y tranquilidad que olvida las medidas de protección en la colectividad.
Cita como referencia de las fallas que se aprecian a simple vista en la logística del esquema de vacunación, ante las visibles colas en centros de aplicación y con grupos de adultos mayores sin respetar el debido distanciamiento de un metro. Una situación que se repite en diversas regiones del país.
Para María Teresa Pérez, exdirectora regional de Salud, el gobierno desestima la vigilancia epidemiológica que debería ser más precisa para tomar las políticas certeras en materia de salud. «El régimen no cumple al manipular la información con engaños sobre la verdadera realidad epidemiológica», rezonga.
No entiende cómo a más de un año de pandemia no se han tomado las medidas necesarias para atacar la ferocidad de este virus que acumula más de 185 millones de afectados en el mundo y ya superó los 4 millones de decesos. «Mientras no se avance en la planificación de un plan de vacunación, así como insistir en la obligatoriedad de las medidas preventivas ni garantizar los tratamientos adecuados, seguirá el escenario gris y triste que hoy vivimos», advirtió.
Una deuda pendiente que clama por una respuesta oportuna y control severo, en pro al derecho a la salud y a la vida de toda la colectividad.
En progresivo
Cuando se aprecia el comportamiento de la curva que empieza desde marzo de 2020, cuando apenas se registraron 143 contagios. Una data que fue creciendo paulatinamente hasta septiembre, cuando se tuvo 28.394 casos, los cuales tuvieron poco margen de diferencia de agosto. Luego hubo un descenso hasta marzo de 2021 al quedarse en 21.381. Un impacto que sintieron los especialistas con el rebrote a consecuencia de la flexibilidad con las llamadas «Navidades felices» y se repitió con los carnavales de 2021 sin cuarentena, ni el monitoreo riguroso para velar por el acato de las medidas de bioseguridad.
En abril se encienden las sirenas con 37.179 infectados, se sentía con peso esas consecuencias de ese esquema de 7 + 7 que no distinguía entre las semanas radicales y flexibles, para pasar por alto los cuidados mínimos, al punto de ser el mes con índice más alto de muerte durante toda la pandemia con 534 fallecidos.
Junio siguió en picada y hasta golpeando al centroccidente con 38.547 positivos, figurando Lara en varias oportunidades entre los primeros lugares junto a Zulia y Yaracuy, por tratarse de regiones de constante tránsito que comunica hacia los llanos, centro e incluso para llegar a la frontera con Colombia. Ya traía una herencia de mayo, que dejó 4 semanas consecutivas superando los 9 mil infectados cada una, en un lapso del 24 de mayo al 20 de junio de 2021. La mayoría fueron comunitarios y apenas 172 correspondieron a importados.
Lara supera 13.167 casos y también espera por el mayor seguimiento, que también pide conciencia ciudadana.
Impera el descuido sin las estadísticas exactas
El descuido de quienes gerencian el sistema público de salud regional y nacional, marca el inicio de la denuncia de René Rivas, presidente de Colegio de Médicos de Lara, al considerar que las estadísticas oficiales no pueden ser consideradas como un certero reporte epidemiológico.
Recuerda la necesidad de tener la exactitud desde los casos leves hasta aquellos de moderados a críticos, con situaciones tan lamentables dejando pacientes fallecidos. «Hoy en día tenemos varias situaciones dispersas que influyen en llevar un reporte exacto», señaló.
Llama como subregistro a esos casos en ascenso y con decesos, sin ser incluidos en la data gubernamental. Allí refleja ese impacto de la nueva modalidad de atención domiciliaria que puede terminar con el paciente trasladado a un centro de salud, siendo hospitalizado y al poco tiempo referido a cuidados intensivos por la gravedad de la deficiencia respiratoria. La mayoría con atención ambulatoria en casa, no es contada en esa referencia de las autoridades sanitarias.
Lamenta que aún conoce de denuncias de familiares de pacientes preocupados por el colapso en centros centinelas, por la alta demanda en ingresos y que incluye a esa mayoría en etapa complicada en busca de cuidados intensivos para poder ayudar a sus pulmones, frente a un virus altamente inflamatorio con riesgo de atacar corazón, hígado, riñones y demás órganos que afectan al sistema inmunológico.
Recuerda ese temor entre la colectividad, de familias que pueden terminar de angustiarse en un centro centinela sólo con el hecho de estar en contacto con otros pacientes de mayor gravedad y del ataque de pánico, desde el aislamiento total. También reconoce que la mayoría no cuenta con los recursos para pagar las tarifas en miles de dólares en clínicas.
Llama a la conciencia social
Al control epidemiológico por parte de las autoridades, se le suma el llamado de atención a la ciudadanía por el infectólogo Antonio González Mata, al reconocer el visible descuido en gran parte de la población que no cumple con las medidas básicas de protección.
Se ubica en el escenario común del centro de Barquisimeto, con las calles repletas de gente que en la mayoría no lleva correctamente el tapaboca. Algunos lo ignoran por fastidio y otros sólo lo consideran como un requisito para el ingreso a algún establecimiento.
González también advierte de la obligatoriedad que debería mantenerse con el distanciamiento y el cuidado en los lugares cerrados, sin la debida ventilación para evitar caer en la circulación del coronavirus que puede adherirse a cualquier plataforma.