LA PRENSA DE LARA | Agencias.- Este jueves la Conferencia Episcopal de Venezuela realizó la presentación de la Exhortación de la CXVII Asamblea Ordinaria Plenaria del Episcopado Venezolano en el que aseguró que Venezuela vive una situación dramática y de extrema gravedad.
«El pueblo venezolano vive una situación dramática y de extrema gravedad por el deterioro del respeto a sus derechos y de su calidad de vida, sumido en una creciente pobreza y sin tener a quien acudir» afirmó la iglesia de Venezuela en la presentación de la Exhortación.
Los obispos y arzobispos aseguraron que «a nivel económico, asistimos a una gran contradicción: mientras la economía venezolana se encuentra aún sumida en grandes deficiencias que impiden un trabajo digno y un salario justo».
Afirmaron que cuando la ideología se antepone como un sistema de poder, que violente los derechos humanos y rechaza la dignidad de la persona, genera «injusticia y violencia institucional».
A nivel económico, asistimos a una gran contradicción: «mientras la economía venezolana se encuentra aún sumida en grandes deficiencias que impiden un trabajo digno y un salario justo».
En cuanto a las elecciones celebradas en el país. «Inmersa en esta crisis democrática, las elecciones del pasado 21 de noviembre estuvieron caracterizadas por la inhabilitación de candidatos, amenazas a medios de comunicación, persecuciones, desconfianza y escandalosa división de la oposición, que minaron la participación ciudadana».
Además en el caso de Barinas. «Fue una muestra del resquebrajamiento institucional de los poderes democráticos y de la presencia de la hegemonía del poder ejecutivo ante los otros poderes del Estado».
Los resultados del día domingo 9 de enero son una demostración de cuán necesario es reconocer y aceptar que estamos frente a un cambio en Venezuela.
Es alentador observar cómo se han conformado redes de ayuda médica y de solidaridad con los enfermos y los más necesitados, donde la Iglesia, a través de Cáritas y otros organismos eclesiales, ha dado una respuesta oportuna a las diversas necesidades de la población.
Ya hemos experimentado suficientes divisiones y enemistades desde los ámbitos políticos y sociales, por lo que la sociedad civil, desde sus comunidades e instituciones, debe asumir el reto protagónico del momento con procesos de movilización, discernimiento y acciones creativas.
Es el momento de caminar todos juntos en la construcción de un país donde haya oportunidades para todos, de tal forma que quienes se han ido puedan tener la oportunidad de regresar y volver a la unidad familiar y como nación.
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