Ágatha Reyes | LA PRENSA de Lara.- La fractura dentro del oficialismo es clara. Un grupo está dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias para mantenerse en el poder mientras el otro, más moderado, se abre a la perspectiva de una solución negociada a la crisis venezolana. El análisis corresponde al internacionalista Carlos Luna, quien explica que una vez admitida las reuniones del oficialismo con el gobierno de Estados Unidos (EE.UU), queda en evidencia la vulnerabilidad del chavismo, pero también enciende las alarmas, pues asegura que ante esta división debe evitarse que la solución provenga por la vía de la violencia, pues el costo para el ciudadano sería aún mayor al que ya vive por la emergencia humanitaria compleja.
Maduro admitió mantener encuentros con representantes de EE.UU ¿cómo queda el oficialismo?
Está demostrando que hay una actitud de ceder en algún sentido, pero también está mandando la señal de que las sanciones están haciendo efecto y por eso se sienta a negociar. Pero también llama la atención porque pueden estar generándose dos bandos. Uno dispuesto a ir hasta las últimas consecuencias y otro más moderado desde la perspectiva de Maduro que busca una solución negociada.
¿En qué pueden derivar estos encuentros secretos? Bolton aseguró que están discutiendo la salida de Maduro& ;
Eso no lo sabemos, pero se está mandando un mensaje claro a los oficialistas y eso es peligroso, porque es señal de debilidad y pueden sentirse traicionados en algún sentido. Lo que es claro es que debe evitarse que la violencia sea la que determine o solucione el conflicto en Venezuela.
¿Se ha logrado esa fractura en el oficialismo?
Sí. Ya se ven las diferencias de enfoque, personajes como Diosdado Cabello y Nicolás Maduro evidencian que algo ocurrió a lo interno, no sabemos exactamente qué es, pero eso puede ocasionar una negociación, con EE.UU o en el marco del mecanismo de Oslo donde aboga la Unión Europea en función de una solución pacífica y constitucional.
¿Es partidario de que se reanuden las negociaciones con Noruega como árbitro?
Los procesos de negociación siempre serán los más beneficiosos, aun cuando se esté con un gobierno autoritario. La diferencia entre los dos primeros y el de Oslo, es que fundamentalmente hay una urgencia mayor de solución al conflicto. Ahora hay una nivelación del terreno para negociar. En los dos primeros casos, el régimen no tenía incentivos para negociar una agenda de transición porque contaba con el monopolio de las armas y la Fuerzas Armada, además tenía una concentración de poder a su favor y las alternativas democráticas no tenían cómo superar cualquier oferta.
¿Tiene ahora Maduro un incentivo para negociar realmente con la oposición?
Maduro está en una posición compleja. Tiene encima la crisis económica que requiere solución inmediata al igual que las dificultades por la profundización de la emergencia humanitaria. Está la presión internacional, hay una usurpación de funciones por parte de Maduro, quien también tiene el rechazo de más de 50 países que no lo respaldan, lo que hace que el gobierno tenga que ceder.
¿Hasta qué punto llegará Maduro para mantenerse en el poder?
Es difícil saber, pero lo que no es secreto es que hay un temor relacionado a los manejos que haya podido realizar el gobierno en los últimos años, lo que genera una división de cuadros a lo interno del chavismo. Llevar a Venezuela por un despeñadero no va a solucionar nada.
Maduro insiste en decir que las sanciones de EE.UU afectan al pueblo venezolano, pero ¿a quién afectan realmente?
La orden ejecutiva es clara, habla de un embargo y bloqueo con las empresas que negocien con el gobierno de Nicolás Maduro. Lo que se traduce como un embargo a las compras gubernamentales y un cierre a las líneas de crédito que pudiera tener Maduro para endeudar o comprometer los recursos de la nación. Es decir, estas sanciones buscan minimizar la oportunidad de endeudamiento de Maduro o que ponga como garantía los bienes de la nación.
¿Las sanciones de EE.UU al gobierno de Venezuela tienen algún efecto para una salida pacífica a la crisis?
Estos son mecanismos de presión y disuasión que se convierten en una amenaza creíble y hace que el actor infractor (el gobierno de Maduro) trate de cambiar su conducta a una socialmente aceptada. Sin lugar a dudas lo que buscan las sanciones es generar el quiebre en el bloque dominante para que puedan negociar y eso pareciera que está dando resultado, porque el oficialismo cada vez está más acorralado.
¿Por qué un embargo en medio de las mesas de negociación en Barbados?
Es una medida de presión, para obligar al gobierno de Maduro a negociar una salida, es una forma de colocar el terreno a la par, entre oficialismo y oposición, pues en los encuentros anteriores en Caracas y República Dominicana Maduro sólo participaba de un diálogo, ahora debe ceder en algún punto.
¿Qué debe ceder Maduro?
Lo coherente es que el gobierno entienda que la pluralidad y la alternabilidad de poder abren la posibilidad de que sigan vivos como movimiento y sector representativo, pero pareciera que en estos momentos lo que buscan es quemar las naves y llevar a Venezuela a un nuevo despeñadero del cual nadie quiere ser partícipe. Lo ideal es que existan elecciones verdaderamente pacíficas representativas, con participación de todos los factores, sin políticos ilegalizados y con libre competencia electoral, con otro CNE que sea creíble como árbitro electoral.
¿Con la deuda a China y Rusia tendría un eventual gobierno de transición la capacidad de respuestas para la recuperación del país?
Venezuela necesita volver al orden constitucional. Es decir, todos aquellos acuerdos o compromisos firmados y que pasaron por el proceso de legalidad vinculado a la aprobación por la Asamblea Nacional, tal cual como lo contempla la constitución, obviamente Venezuela será responsable de esos compromisos, pero también tendrá que haber una interlocución y un contacto con el nuevo gobierno de transición, para aquellos enmarcados en la ilegalidad.