Ana Uzcátegui | LA PRENSA de Lara.-& ;«El gobierno ya intervino la universidad. Ya nos debemos estar pareciendo a Macondo, nuestra universidad se está muriendo y la inseguridad la está desmantelando, pero a pesar de eso, con todas las precariedades, seguimos siendo los mejores en el ranking mundial». Así resume Mario Bonucci, rector de la ULA y vicepresidente de la Asociación Venezolana de Rectores Universitarios (Averu), la realidad de las universidades autónomas del país.
Pese al cerco presupuestario que sufren y la amenaza de intervención y control político tras la sentencia 0324 del Tribunal Supremo de Justicia que exige elecciones de autoridades antes del 27 de febrero, los estudiantes sortean las vicisitudes de la crisis logrando la autogestión con la ayuda de empresas privadas, para no dejar que las casas de estudio se caigan a pedazos.
¿Cómo se preparan las universidades para enfrentar el 27 de febrero, cuando vence la sentencia del TSJ?
Con una gran confusión. La sentencia 0324 del TSJ tiene una disposición general que obliga a las universidades autónomas a hacer elecciones conforme a un reglamento contrario a la Constitución, ese plazo es de seis meses y no sabemos a partir de cuándo cuenta. El cronograma electoral lo debe diseñar el Ministerio de Educación Universitaria, pero no lo ha anunciado.
Según el TSJ el 28 de febrero ustedes cesarán funciones, ¿convivirán las universidades con dos autoridades, tal como ha pasado con la Asamblea Nacional?
No sería conveniente. Esa pregunta habría que hacérsela al ministro de Educación Universitaria, si está dispuesto a asumir ese rol.
¿Qué riesgos implica esta sentencia?
Es inejecutable, porque contraviene el artículo 109 de la Ley de Universidades que define lo que significa el claustro universitario integrado por estudiantes, docentes y autoridades. En 2007 hubo un referendo revocatorio solicitado por Chávez, que perdió. La medida del TSJ pretende pasar por encima de la voluntad del pueblo.
¿Qué le responde usted a los sindicatos bolivarianos que dicen que las universidades autónomas son sectarias?
Los invito a que reflexionen, porque la participación no puede resumirse en que tú vayas a votar un día y ya. El voto uno a uno no es la solución, es simplemente un enunciado populista. ¿Por qué cuando eligen al presidente del TSJ, no votan los alguaciles, las secretarias, los empleados, aseadores de los tribunales. ¿Por qué tener un criterio único para algunas universidades y no para todas?.
¿Podrían las universidades estar en riesgo de una intervención de adoctrinamiento socialista?
Lo que andan buscando es poner a la universidad al servicio de una única forma de ver el mundo y nosotros no estamos ni en contra del socialismo, ni en contra del capitalismo, estamos a favor de la pluralidad, de que el mundo pueda verse de una manera diversa con unos lentes multicolores y no con unos lentes rojos rojitos.
Hablan de una intervención pero ¿acaso la universidad ya no está intervenida sin un presupuesto justo para funcionar?
Sí, ya el gobierno las intervino. Nuestra universidad se está muriendo de mengua y la inseguridad la está desmantelando. Pero sin embargo, con todas las precariedades seguimos ocupando los primeros lugares del ranking mundial de educación de calidad. Le estamos diciendo al régimen: a pesar de que no nos das los recursos, seguimos siendo los mejores.
Ha dicho usted que las universidades se están muriendo de mengua, ¿cómo han podido mantenerse?
Por inercia, ha surgido un nuevo esquema de solidaridad que lideran los estudiantes, que se mueven para conseguir a través de la empresa privada recursos para laboratorio. Por ejemplo, la gente de Medicina ULA consiguió que le donaran formol, alcohol y glicerina que se requiere para mantener los cadáveres que se utilizan en anatomía. Ahora los estudiantes pagan el papel de sus exámenes, sus almuerzos a falta de comedor, su transporte, aunque entendemos que no debería ser de esa manera.
¿Qué pasó con la gratuidad de la educación?
El gobierno acabó con la enseñanza gratuita. En la ULA, solamente funcionan los comedores en la ciudad de Mérida, pero los comedores de Tovar, El Vigía, Trujillo, Táchira, Barinas, Valera, están cerrados desde el año pasado. Todo eso está impulsando la diáspora.
¿Cuál es la magnitud de la diáspora en la academia?
En el caso de la ULA, en tres años hemos perdido el 40 % de los estudiantes, es decir de 48 mil estudiantes que teníamos ahora quedan 32 mil. En docentes la diáspora no se ha sentido casi porque cuando se van por los bajos salarios abrimos concursos, pero la calidad no es la misma, porque antes era un mayor número de doctores o de profesionales de cuarto nivel formando a los jóvenes.
¿Qué carreras se han visto más afectadas?
Las carreras que tienen que ver con las ciencias sociales, humanísticas. No se ha cerrado ninguna carrera, hemos hecho todos los esfuerzos para mantener las puertas abiertas.
¿Ha alcanzado el desánimo y la desesperanza a las universidades?, porque pareciera que la academia es el reflejo de la sociedad
Esto tiene mucho que ver con el control social aplicado, con toda esta situación de precariedad a la cual han sometido al venezolano, pero si la desesperanza hubiese tomado el lugar dentro de la universidad, estuviésemos en presencia de lo que ha ocurrido por ejemplo con la empresa petrolera, o con las empresas ferromineras o de aluminios, pero no, seguimos graduando profesionales, con precariedades, pero con mucho amor a nuestra institución.
¿Qué avizora de la autonomía universitaria?
La ULA tiene 234 años de historia, una universidad que ha visto pasar cualquier desastre natural, la guerra federal, la guerra de independencia y sin embargo sigue en pie, pero depende de nosotros que siga estando de pie de manera plural, autónoma, democrática y popular.
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