Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.- El promedio entre $50 a $150 al mes percibido por remesas, apenas alcanza a un estimado de dos millones de familias en el país y los economistas lo consideran como un mínimo «respiro» para el presupuesto destinado a comida. Aporte insuficiente y que no contribuye al crecimiento económico de la nación, como un indicador del paliativo ante la coyuntura país.
Los especialistas reviven esa necesidad perenne en los hogares de familias fraccionadas por la migración y que se estima alrededor de 6.5 millones de venezolanos. Viven con la esperanza de recibir ese apoyo de parientes que se establecieron en otros países, muchas veces sin tener un trabajo formal y solo les permite la compra de alimentos. La mayoría ni alcanza el presupuesto de los $400 de la canasta básica, pero sacan provecho de ese agregado que les permite tratar de resolver y con el recordatorio de la pérdida del valor monetario, para actualizar ese monto mensual y rendir con la compra de más artículos.
Según el economista Dilio Hernández, conocieron a principio de este añ;o que la entrada por remesas fue aproximadamente entre $ 2 mil 500 millones y 3 mil millones en Venezuela, mientras el informe a Anova Policy Research confirma que las remesas cubren dos millones de familias y en líneas generales con América Latina que recibió más de $ 131 mil millones en 2021.
Reconoce que ese esfuerzo se está quedando atrás de la realidad, porque se elevó el costo de la vida y cada vez hay menos oportunidades de administrar ese dinero. Se refiere a esos dos grupos más pobres que llegan a recibir entre $50 a $100, luego están otros dos grupos que perciben $100 y $200, pero apenas un quinto peldañ;o obtiene más de $300. Éste último monto es uno de los más cercanos para paliar esas necesidades de alimentación, calzados, educación, salud y hasta recreación.
Advierte que todo es relativo, considerando que el salario mínimo en el exterior pueda estar desde $1.500, pero a riesgo de la informalidad entre aquellos venezolanos que no son profesionales. Por lo general, llegaría a disponer de 10%, a sabiendas de sus gastos de alquiler de residencia, pago de servicio y demás compromisos.
Ese análisis del economista Edgar Urbáez destaca que el país no puede crecer a partir de las remesas, porque se necesita una producción interna con miras a la exportación y con capacidad de importar materia prima. «El destino esencial es hacia la compra de alimentos», recuerda y señ;ala la necesidad de la producción de bienes y servicios, que se redujo hasta alrededor del 25% de la capacidad instalada.
También precisa que ese ingreso no permite invertir y hasta los emprendimientos son considerados sin la formalidad, cuando debe ser dirigido y