Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- «No creo que se esté produciendo un cambio de sistema político en Venezuela que permita el desarrollo económico. Lo que hay es básicamente una adaptación del Gobierno para sobrevivir. Lo que hay son cambios de regla que no sabemos qué tan permanentes serán, porque no hay flujo de caja y porque alguien tiene que llenar los anaqueles, tiene que conseguir los repuestos, seguir produciendo para que el país pueda comer y seguir sobreviviendo». Así lo declaró Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la UCAB, durante el Congreso Conindustria 2021 en el que participó como panelista en la conferencia «¿Qué pasa con la democracia, institucionalidad y empresarialidad en Latinoamérica?», y donde se juramentó a Luigi Pisella como presidente de Conindustria para el período 2021-2023.
Alarcón sostiene que a pesar de la flexibilización del control de precio, del tipo de cambio y de las fiscalizaciones Venezuela está muy alejada de enrumbarse hacia una economía capitalista como la de China. «El crecimiento económico de Venezuela pasa por un cambio de sistema político. Sin Estado de derecho no hay posibilidad de desarrollo, lo único que puede haber es un capitalismo de amigos, pero que depende del capricho que tiene el poder. Algunos hablan de la posibilidad de que en Venezuela se instale un modelo chino, pero resulta que en China no se hace política», resaltó, explicando que el gigante asiático no hace política con su economía y por lo tanto no recurre a políticas populistas, como las aplicadas por la revolución bolivariana para conseguir votos.
Sostiene que no se vislumbran salidas a la crisis a corto plazo, porque hay un Gobierno con diferencias internas, pero que está «tremendamente cohesionado» por el miedo a perder el poder. En el caso de la oposición, está dividida entre el denominado G4 (Voluntad Popular, Acción Democrática, Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo), y la Alternativa Democrática (la mesita).
«Hoy no tenemos una oposición, sino varias oposiciones y eso nos perjudica. Vamos a un proceso electoral que tiende a fragmentar más a la oposición, a los partidos internamente y entre ellos, y eso está planificado. Las autocracias como las que tenemos cuando celebran elecciones no las celebran para competir, las celebran para ganar, para legitimarse a través de procesos electorales», expresó. Por lo que el escenario político en el país no será muy distinto al registrado el 6 de diciembre de 2020 en las parlamentarias, en las que el gobierno obtuvo el 92% de los cargos de la Asamblea Nacional. Con una realidad así, que genera incertidumbre, hay muy pocas perspectivas de que en el sector privado se registren las inversiones a largo plazo.
Luis Ugalde, sacerdote jesuita, resaltó que los venezolanos llevan 22 años sumergidos en un modelo económico empeñado en estatizar y aniquilar a la propiedad privada, por lo que se hace necesario reeducar a los ciudadanos. «En las sociedades cuando hay sufrimiento y hay pobreza, como en el caso de países como Chile, le piden cuenta a las empresas y a la democracia. En Venezuela tenemos una ventaja: la gente siente que el culpable de sus desgracias es la revolución socialista y estatista», comentó.
Por su parte, Adán Celis, presidente saliente de Conindustria, indicó que los empresarios en los últimos años han logrado ser el segundo sector que genera mayor confianza en los venezolanos.