Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Cañicultores han sido uno de los sectores más afectados por el ingreso de azúcar refinada a través de las trochas de Santa Elena de Uairén en el estado Bolívar. Mientras el sector estuvo en zafra incrementando un 20% su producción desde diciembre hasta mayo, los anaqueles de comercios y los mercados estuvieron repletos de azúcar más barata de Brasil, pero de menos calidad, pasando sin pagar aranceles de importación ni IVA.
Por los pasos ilegales de Ureña, San Antonio del Táchira y de Paraguachón, en Maracaibo, a diario ingresan cargamentos de papas, cebollas, tomates y ají dulce colombianos sin pasar por registro y control sanitario. Gremios agrícolas exigen al Gobierno que así como ha comenzado a aplicar controles al ingreso de mercancía «puerta a puerta», que sea usada con el fin de ser comercializada, también comience a frenar y fiscalizar los productos por vías de contrabando que van en detrimento de la producción nacional.
«Este año, además que se contrajo el consumo por la caída del poder adquisitivo de los venezolanos, tuvimos una competencia desleal con la venta del azúcar. En los anaqueles vendieron una azúcar brasileña que no tenía un color blanco característico de la refinación ni tampoco el mejor sabor, pero costaba 0.80 centavos de dólar, mientras que los cañicultores para cubrir gastos de producción requerimos vender el kilo de azúcar a 1.10 dólares el kilo», comunicó Ricardo Álvarez, presidente de la Asociación de Cañicultores del municipio Torres.
En el eje andino, los productores de papas también están cansados de llevar su mercancía a los mercados mayoristas y tener que competir con papa colombiana, cuyos sacos de 45 kilos pueden estar hasta 15 dólares más baratos que lo hecho en Venezuela. «Tenemos grandes limitaciones para producir, tenemos que lidiar con escasez de combustible, fallas en los servicios públicos, aumento de impuestos, falta de créditos. Eso no lo padecen los productores colombianos, quienes tienen grandes incentivos. Lo peor es que esas mercancías pasan por las alcabalas militares o de seguridad sin problema. Eso está dinamitando la producción nacional», exclamó Antonio Escalona, presidente de la Unión Agrícola de los Andes (Unagandes).
«Hay anarquía»
Celso Fantinel, presidente de Fedeagro, informó que el segundo problema que enfrentó el sector de cañicultores fue el ingreso por los puertos del país de azúcar importada, cuando los criollos apenas empezaban a comercializar su cosecha.
«En enero ingresaron dos barcos con azúcar importada comprada por la agroindustria. También hubo productores que importaron azúcar para las bolsas CLAP que entrega el Gobierno. La industria llenó sus silos cuando estábamos en el pico de la zafra, fue porque se retrasaron unos barcos. Pero lo más anárquico es que el sector terciario benefició y pagó a tiempo a productores de afuera y a los nacionales tardó entre cuatro y cinco meses para cancelarle sus cosechas. Esas distorsiones las tiene que controlar el Gobierno», denunció.
Este año se produjeron 3.600.000 toneladas de caña de azúcar en Venezuela, lo que representa un ligero incremento si se compara con 2022, cuya producción fue 2.810.000 toneladas. El año pasado se abasteció el 18,7% del consumo de la población.
A esta fecha el único central azucarero que se mantiene moliendo es La Pastora, en Torres, porque en esa zona del país por su clima la zafra va desde enero hasta el mes de agosto. Este año, Carora produjo 450 mil toneladas de caña, un 40% más que el año pasado.
Esperan diésel más barato
El presidente de Fedeagro, Celso Fantinel, informó que están a la espera de una resolución emitida por el Gobierno donde se fije el precio del litro de diésel en 0.10 centavos por dólar para toda la cadena agroalimentaria de Venezuela, que incluye a agricultores, agroindustria y transporte de alimentos.
Antonio Escalona, de Unagandes, informó que el gremio está dispuesto a pagar más elevado el diésel, pero exigen que se garantice la distribución.