Guiomar López | LA PRENSA DE LARA.– Los médicos siguen siendo los más golpeados por Covid 19. Son más de 560 pérdidas que equivale a 68% de los 815 personal sanitario fallecido, registrados por la organización Médicos Unidos de Venezuela al cierre del 2021. Llevan la angustia en cada guardia de terminar contagiados, el peso de costear una responsabilidad del Estado al comprar sus implementos de bioseguridad y el cansancio de exigir mejores condiciones en centros asistenciales del sistema público que ni aseguran el suministro fijo del agua, tan necesario para garantizar la desinfección e higiene en el trabajo. Son las principales causas detalladas por el gremio médico y especialistas, en unas estadísticas que van sumando, mientras el virus toma fuerza ante la circulación de 6 variantes, que incluye la confirmación de la Ómicron.
Dichas estadísticas desde el 16 de junio de 2020 hasta el 30 de diciembre de 2021, vienen de una relación de víctimas superando la decena en menos de una semana y estuvo disminuyendo durante recientes reportes que en 20 días se lograron contar 14 decesos. Pero dicho estudio persistía aún con la implementación del plan de inmunización desde mediados de febrero de 2021, frente a un desarrollo clínico relativo a cada paciente y que mantiene en suspenso a los especialistas, frente al conocimiento de casos de afectados en unidades de cuidados intensivos. Un impacto que no es reflejado en la data oficial y sin el pronunciamiento de la máxima autoridad sanitaria en el país.
Son datos que van en paralelo frente al escenario que muestra el Ejecutivo nacional de 445.680 contagiados y 5.341 muertos hasta el 30 de diciembre de 2021, con el grito de salvación de 97% de recuperados y al compás del avance del 87% en la vacunación, pero sin dar detalles del alcance entre quienes solo tienen una dosis y los que han cumplido el esquema completo, estando preparados para los refuerzos a comienzos de enero de 2022. Ambiente desde la serenidad, pero sin precisar la exactitud de tal alcance.
«Este año siguió siendo duro para la familia del equipo sanitario venezolano. Apenas se logró una lucecita al final de túnel con la vacunación, pero continúan sin las condiciones», lamenta Jaime Lorenzo, presidente de Médicos Unidos de Venezuela, mientras el gobierno nacional no ha llevado la inmunización con las debidas normas y no asegura la dotación de los implementos básicos de protección en bioseguridad. También recalca las deficiencias en las funcionalidad de los servicios y la certeza en los diagnósticos.
El personal sigue en este balance negativo, cuando se siguen teniendo fallecidos. Además de confirmar que se continúan manteniendo los números altos entre los ginecobstetras, que es una especialidad con alta demanda profesional y una de las más expuestas al contacto con los pacientes. La mayor amenaza ha sido que se pueden tratar de consultas, donde la embarazada asiste a su control junto a su esposo u otro familiar cercano. El exceso de confianza puede ser fatal, al saltarse la prevención con el uso correcto de mascarilla y guantes, sin considerar que se puede estar ante asintomáticos.
Zulia también ha mantenido el sitial del primer lugar con 159 decesos, distribuidos en 127 médicos, 23 enfermeras y 9 de personal en general. Lo considera como una de las consecuencias por la falta de control, ese que debió empezar a mediados de 2020, con el mercado Las Pulgas de Maracaibo de epicentro de la pandemia en dicha región centroccidental. Además de las fallas en control fronterizo, entendiendo el incremento de movilidad con venezolanos que entran y salen de Colombia con frecuencia, valiéndose hasta del difícil acceso por caminos irregulares.
Con el sistema sanitario más golpeado y sin tener constancia de la vigilancia epidemiológica, que ha dejado algunas evidencias como las dificultades en el estado Bolívar, con un periodo de dos meses sin poder enviar muestras de diagnósticos. «No se están aplicando las cantidades suficientes de pruebas PCR», rezonga de esa falta de accesibilidad que pueda quedarse corta en centros públicos, ser costosas en privados y tener un lapso indeterminado de espera en esas entidades sin laboratorios, que deben enviar las muestras a otros estados para el debido procesamiento.
«Ojalá nos equivoquemos, pero a este ritmo se tardará más en recuperarse«, pronostica a 21 meses de pandemia, mientras el coronavirus sigue mutando y llevándose más víctimas.
Balance trágico de muerte anunciada
Los especialistas consideran que el 2021 fue un año trágico y tal como confirma Luzmila Leal, miembro directivo de Médicos Unidos de Venezuela, se despidió a un valioso personal que se enfrentó a las deficiencias en hospitales y bajos sueldos, que ni siquiera les permitía costear algún tratamiento médico.
«Vivimos aterrados, con esta incertidumbre que nos roba la paz», confiesa de ese ambiente que perdió la alegría y la seguridad en el lugar de trabajo. Siempre con el llamado a reforzar las medidas de protección en todos los sentidos y así evitar ser foco de contaminación a familiares.
Un escenario que viven en la vanguardia de la autoprotección, tal como lo señala René Rivas, presidente de Colegio de Médicos de Lara, al referirse al personal sanitario que debe comprar sus implementos de bioseguridad. «No se fortaleció ni siquiera un plan de protección», denuncia de lo vulnerable al no contar con un sistema de seguridad social que le permita cubrir los gastos por tratamiento en una red pública desmantelada, al conocer de esas fallas que empiezan por servicios públicos y en algunos sistemas de ventilación.
Es una cadena que llevaba tiempo advirtiendo la Academia Nacional de Medicina y su secretario general, Huniades Urbina, señala que se conocía de la emergencia sanitaria que se ha agravado con hospitales que teniendo el déficit de personal, siguen en desventaja con tantas bajas del personal de salud.
Se trata de un pilar que termina de debilitarse, ante el déficit de personal que va más allá de ese profesional calificado entre especialistas o enfermeras, porque también implica a camareras, personal administrativo y hasta porteros que se mantienen expuestos en centros asistenciales que ni siquiera cuentan con suficientes lavamanos, además de un servicio de agua intermitente y que aunado a las deficiencias de dotación de insumos a camareras, termina comprometiendo la higiene de estos recintos.
Solo esperan que ese lazo negro empiece a desaparecer con ese dolor de luto, de un virus tan agresivo que ha cobrado la vida de un recurso humano valioso, que por mística se ha mantenido ejerciendo, pese a los riesgos que implica al punto de perder la vida.
Hay un hondo vacío que deja valioso personal capacitado
Al desglosar la data hasta el 6 de diciembre de la organización Médicos Unidos de Venezuela se conoce que Zulia reina en el primer lugar con 156 pérdidas de personal sanitario y le siguen de la región central los 169 en Distrito Capital y 74 de Carabobo. También definen las especialidades con más luto, desde los 71 ginecobstetras, 46 médicos cirujanos, 41 pediatras y 36 en medicina general y traumatólogos.
La región que encabeza centroccidente tiene entre las principales amenazas la entrada del virus por vía terrestre, tal como lo ha explicado Jaime Lorenzo, titular de dicha organización, frente a la debilidad de un control fronterizo que poco se detiene a frenar ese acceso del virus de vecinos países. Además de la falta de conciencia de esa población, que regresa y no toma la previsión de intentar descartar que puedan ser asintomáticos.
«Hemos llorado ante el fallecimiento de gente valiosa y algunos de gran trayectoria», recuerda Deyanira Gentile, miembro del Colegio de Médicos de Lara, ante esos profesionales bien preparados que no pudieron ganarle la batalla al Covid 19 y con la mayoría recurriendo a la colaboración para poder costear los gastos de tratamiento. Ni siquiera teniendo una póliza de seguro tan alto se puede llegar a cubrir esos montos de miles de dólares en hospitalización o cuidados intensivos en centros privados.
También lamenta de quienes tuvieron que sobrevivir, ante la falta de tratamiento e incluso de la certeza de un diagnóstico que de no ser atendido por especialistas, puede transformarse en severas complicaciones inflamatorias o por dificultad respiratoria.
Los especialistas extienden ese dolor que enlutó a varias familias y miran a centros asistenciales que siguen sin garantizar la mínima protección en bioseguridad del poco personal activo.
Amenaza en todo momento
El llamado a vacunarse sigue vigente y cumplir con el esquema completo, además de seguir con las medidas básicas de bioseguridad. Tal como lo recuerda el infectólogo Antonio González Mata, al precisar que el coronavirus sigue acechando, incluso en reinfección.
La data oficial supera los 444 mil contagios y los fallecimientos son más de 5.300. Al ver en detalle se tiene que efectivamente los jóvenes son los más expuestos y se ubican entre ese grupo de 20 a 39 años de edad, por tratarse de esas personas productivas que deben salir a diario a trabajar. Reflejo de la realidad socioeconómica, más los riesgos que puedan conseguirse en la calle.
González llama a prevenir frente a la entrada de la ómicron, variante sudafricana que puede subir los casos de hospitalización.