Ana Uzcátegui | LA PRENSA DE LARA.- Los mercados populares en Venezuela se encuentran inundados de alimentos agrícolas y productos terminados que han ingresado ilegalmente a través de trochas o puertos, sin pasar por ningún tipo de control sanitario y bajo la mirada complaciente de autoridades civiles, militares y de seguridad. De acuerdo con investigaciones del Centro de Estudios Agroalimentarios (CEA), cerca del 50% de los alimentos que están colocando en su mesa los venezolanos, son considerados perceptibles de contrabando. Esta situación está generando graves daños de salud pública y son una «puñalada trapera» para la producción nacional agrícola e industrial, porque el contrabando compite en desigualdad de condiciones tanto en precio como en calidad, afectando 3.4 millones de puestos de trabajos directos en el país.
Edison Arciniega, presidente de CEA, informó que este contrabando de mercancía proviene fundamentalmente de Colombia, y se está dando por dos razones: primero, no existe una política pública de contención del contrabando en Venezuela, y segundo, tampoco hay criterio nacionalista de defensa de la producción nacional por parte de los consumidores criollos.
«En este país podría haber 12 millones de litros de refresco traídos en forma irregular, que no tenemos la garantía de que eso que trae esa botellita barata, sea lo que dice el empaque que contiene, y hemos empezado a detectar que los efectos sobre la salud de los consumidores son negativos. Podría ser que el 45% del mercado de licores sea contrabando con el riesgo que significa consumir licores adulterados. Podría ser que el 60% de las hortalizas que están comiendo los venezolanos sean contrabando y que en el caso de los fertilizantes sea entre el 35% y el 40% del mercado. En rubros como sacos o empaques el contrabando alcance el 40%», resaltó.
Los daños que ese delito está ocasionando son graves, comenzando porque mucha de esa mercancía no es nacionalizada, y por lo tanto no pasa por fiscalización sanitaria, llegando a ingresar plagas que afectan la salud vegetal de cientos de cultivos. Además la mayoría de los productores del campo y manufactura nacional trabajan en condiciones hostiles, como alta inflación, un tipo de cambio sobrevaluado, sin acceso a créditos ni incentivos fiscales, escasez frecuente de combustible, fallas en servicios básicos como agua y electricidad, vías públicas y agrícolas deterioradas, inseguridad en alza y el cobro de coimas en los puntos de control policial o militar.
«¿Qué podemos hacer para que se produzca en forma más eficiente en Venezuela?, intentar reducir el impacto del cohecho (soborno), del delito sobre las actividades productivas, porque cuando un funcionario policial o militar exige dinero para dejar pasar una cosecha, está delinquiendo. Porque cuando un delincuente vaya a extorsionar a un productor, está delinquiendo, porque cuando te piden dinero para un trámite que no deben pedirlo, están delinquiendo. Entonces cuando tu ves las estructuras de costo pudiese ser que un tercio de las estructuras de costo en Venezuela estén signadas por estos fenómenos», sentenció Arciniega.
Como ejemplo destacó lo que está pasando con la producción de papa en Venezuela, uno de los sectores que está siendo arruinado por el contrabando. La nación paso de haber sembrado 14 mil hectáreas de papa en 2022, a sembrarse sólo 10 mil hectáreas este año. «A ese ritmo no va a haber papa en 2026. Pero resulta que son 200 mil personas que dependen de este sector en la economía nacional», recalcó.
Antonio Escalona, presidente de la Unión Agrícola y Ganadera de los Andes (Unagandes), precisa que la mercancía de comercialización ilegal no solamente se está viendo en puestos de buhoneros, también en mercados mayoristas, como en Coche en Caracas o Mercabar en Barquisimeto. «Estamos viendo una papa venezolana de muy mala calidad, de la variedad granola que se consigue en 32 dólares el saco de 45 kilos, pero la papa colombiana lo están comercializando en 15 dólares el saco«, expresó.
Detalló que la manera de identificar una papa traída de Colombia, es por su tamaño y calidad. Antes era fácil de detectarlas porque las traían en sacos blancos de 60 kilogramos, cuando en Venezuela se comercializan en sacos rojos de 45 kilos. Pero en los últimos meses hasta el empaque lo están imitando los colombianos.
Rutas ilegales
Zair Mundaray, especialista en crimen organizado transnacional, asegura que las mafias del contrabando en Venezuela han proliferado por estimulo desde el propio poder.
«Tenemos un Estado que está estructurado para las economías ilegales. Las economías legales son prácticamente imposible de sostener porque hay todo un aparato burocrático que te pide decenas de permisos, que hace todo lo posible para que el particular no pueda hacerlo. Entonces ¿qué pasa?, se crean unas economías que se controlan desde el poder. ¿Quién crees que permite que esas gandolas llena de contrabando trafiquen de manera abierta?, bueno, autoridades policiales, militares, políticas, que son los dueños de eso», exclamó.
La mayoría de esa mercancía ingresa por los pasos ilegales fronterizos, que según la ONG Fundaredes hay unos 400 trochas en el país. Esos espacios son «territorio de nadie» y son controlados por grupos irregulares como guerrillas, paramilitares y organizaciones dedicadas al crimen organizado.
«Esas gandolas cargadas de mercadería de Colombia no pasa por el puente Tiendita (puente internacional Atanasio Girardot), o el puente Simón Bolívar, ni llega a la aduana ni a ninguna vía regular. Y si utilizan vías legales ya han controlado que no haya funcionarios o que se hagan los locos mientras pasan. Pero fundamentalmente utilizan pasos ilegales que están controlados por el Ejercito de Liberación Nacional (ELN), algunos por guardias o policías«, resaltó.
Comercio entre países es afectado
Aunque el 26 de septiembre de 2022 se abrió formalmente las fronteras entre Colombia y Venezuela, y el primero de enero de este año se inició la circulación de vehículos de carga pesada por los puentes internacionales, poco ha ayuda esta medida a frenar el ingreso de mercancía por contrabando.
Zair Mundaray, exfiscal del Ministerio Público, destaca que los empresarios colombianos han tenido serias dificultades para realizar negocios con el sector privado venezolano, no precisamente por las sanciones internacionales, que no afecta la importación o exportación de alimentos, sino fundamentalmente porque en Venezuela no existe una legislación que sea compatible con el libre mercado por el que se rigen las naciones occidentales.
«Venezuela es un Estado que está ideologizado desde una perspectiva de socialismo del siglo XXI, pero que suprime el emprendimiento privado y lo restringe. Por eso es que nosotros tenemos muy pocas normas, no como el resto de Latinoamérica que tiene normas por ejemplo de tránsito, de vehículos pesados extranjeros«, informó.
Mundaray, alega que el intercambio binacional no ha dado los resultados esperados, porque en Venezuela no existen controles para interceptar y atacar el lavado de activos. «Recientemente el Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI), dijo que Venezuela no cumple ninguno de los protocolos en materia de lavado de activos, entonces tú no puedes hacer negocios con un país que no cumple nada en materia de prevención de lavado de dinero. Al resto les resulta problemático porque pueden terminar siendo sancionados en sus países«, refirió.
Una de las grandes discusiones que existen, es que en Venezuela los pagos que hacen empresarios se dan en dólares en efectivo o en criptomonedas. Esos pagos no los puede recibir un empresario colombiano porque en ese país las normas dicen que debe hacer a través de una transacción de un banco internacional o un giro a un banco colombiano, para determinar el origen de esos fondos, para saber si por ejemplo ese dinero no proviene del narcotráfico o cualquier otra actividad ilícita.
Exigen más acciones del Estado
Mahomed Hussein, director de Conindustria, informó que a pesar de que los empresarios tienen años solicitando al Gobierno que incentive políticas que frenen el ingreso de mercancía de contrabando, este año tan sólo se ha visto una medida concreta, y fue a inicio de junio el anuncio sobre más controles para el ingreso de mercancía «puerta a puerta».
«Estamos esperando que se corrijan esas distorsiones. El puerta a puerta no era otra cosa que contrabando, porque ese tipo de envió fue diseñado para cosas personales. Que tú trajeras algo para tú consumo de Estados Unidos o mandaras un paquete pequeño en barco. Pero es que estaban llegando contenedores enteros por el servicio Puerta a Puerta, que eran descargados en los bodegones, sin pagar aranceles de importación ni IVA, obviamente eso representaba una competencia desleal contra los industriales venezolanos», exclamó.
El gremio empresarial pide que se investiguen a los funcionarios que están implicados en esos hechos ilegales.