miércoles, 6 noviembre 2024
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Venezolanos venden de puerta en puerta en Colombia por crisis

Reuters | LA PRENSA.- La porosa frontera de más de 2.000 kilómetros ha sido testigo del contrabando por años debido al enorme diferencial derivado de los controles de precios en Venezuela.

Pero en los últimos meses -tras el fin de una ola de protestas- ha habido un aumento en la migración a la zona limítrofe, dijeron autoridades. Estos venezolanos que vienen de todas partes del país pasan sus días yendo de puerta en puerta para vender sus productos a un menor precio de lo que costarían en Colombia, según informaron.

La pérdida de valor del bolívar frente al dólar en el mercado negro reduce los precios de los productos locales en referencia al mercado internacional.

    Cientos de vendedores duermen en las calles de la ciudad fronteriza venezolana de San Antonio, mientras que el aumento en los vendedores ambulantes en el lado colombiano está avivando la molestia de los comerciantes locales, según afirmó el alcalde de Cúcuta, Cesar Rojas.

    Albert Rodríguez, de 22 años, pasa sus noches con una sábana de plástico en las calles de San Antonio desde que se mudó hace un mes luego de dejar el occidental estado Lara. Vende café en Colombia, pero aún no ha podido enviar dinero a casa para ayudar a su hija recién nacida.

“Me ha ido difícil porque hay muchos venezolanos. Me provoca llorar de la impotencia”, dijo Rodríguez, quien espera migrar al centro de Colombia donde cree que habrá mejores oportunidades.

La tendencia se da tras cuatro años de recesión, que según analistas han fomentado la desnutrición, las enfermedades y el crimen violento y también muestra como el país vecino podría ser vulnerable a los efectos de la crisis.

    TENSIÓN EN COLOMBIA

Cuando amanece, vendedores ambulantes se pelean para lograr un puesto en el autobús que los llevará a la frontera. Luego cruzan a pie, mientras rezan para que los guardias no les quiten dinero o mercancía para dejarlos pasar.

Una vez a salvo en Cúcuta, se dispersan en buses que los llevarán por la ciudad. En la barriada pobre de La Libertad, cerca de un centenar de venezolanos tocan el timbre con mayonesa, insecticida, cajas de cereal y otros.

Debido a la pérdida de valor del bolívar, pueden ofrecer precios que son aproximadamente la mitad de lo que cobran en las tiendas colombianas por los mismos artículos, pero al cambiar esos pesos en el mercado paralelo se obtienen muchos más bolívares que si los hubieran vendido en el mercado venezolano.

Otros pobladores de la zona se inquietan además porque la afluencia de vendedores venezolanos pueda generar delincuencia, según comentó el alcalde Rojas.

Marlon Carrillo, un venezolano de 21 años que abandonó la universidad para comenzar a vender frutas en Colombia hace tres meses, dice que algunos vecinos le cierran la puerta en la cara por miedo.

“Es duro pagar los platos rotos de los demás”, dijo Carrillo, quien cruza diariamente a Cúcuta vendiendo los limones, fresas, plátanos y piñas que lleva en su mochila.

“Quiero surgir y estudiar pero tengo que trabajar. No dejaré morir a mi familia de hambre”, agregó el joven, que ayuda a sus tres sobrinos después de que su hermana murió de una enfermedad en la médula ósea.

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