Agencias | LA PRENSA DE LARA.- El bombardeo ruso que destruyó parcialmente la sede del gobierno regional en Mikolaiv el martes sorprendió a la población de esta estratégica ciudad del sur de Ucrania tras varios días de tranquilidad.
Entre los escombros, los socorristas trataban de sacar a las víctimas y sobrevivientes del edificio. Al menos nueve personas murieron y otras 28 resultaron heridas, según la Fiscalía general de Ucrania.
Dos periodistas de la AFP vieron cómo se evacuaban dos cuerpos, uno de un hombre con uniforme y el otro de una mujer anciana.
El gobernador regional, Vitaly Kim, aseguró poco antes en su página de Facebook que los socorristas estaban buscando a «ocho civiles y tres militares», pero que la mayoría de las personas que se encontraban en el interior del edificio durante el ataque estaban vivas.
El ataque interrumpió una tranquilidad relativa en esta ciudad cercana a Odesa, el mayor puerto ucraniano situado en el suroeste del país.
Desde hace varios días, la línea de frente se desplazó hacia el sureste, en los alrededores de Jersón, la única ciudad importante tomada por los rusos desde el inicio de la invasión de Ucrania, el 24 de febrero.
—; «Vengarse de la resistencia» —;
El ataque sacudió un edificio de viviendas al lado del gobierno regional. Algunos de los habitantes, vestidos de piyama o camisón, observaban los dañ;os mientras hablaban entre ellos.
Yelena Dolguikh, de 65 añ;os, cuenta que estaba preparando el desayuno cuando ocurrió el bombardeo. «Bajé como estaba, solo agarré mis papeles y mi perro», cuenta, aún en pantuflas y con una bolsa de plástico bajo el brazo.
Otra mujer, Svetlana Fedorenko, se cortó la mano al recoger un vidrio roto en su balcón y cocina, aunque asegura haber vivido situaciones peores.
«Putin es un cabrón y punto», añ;ade Viktor Gaïvonenko, un vecino que vino para ayudar a limpiar los escombros, refiriéndose al presidente ruso.
«Putin apunta a Zelenski y al gobernador Kim porque están apoyando la moral de la población y de nuestros soldados», dice Fedorenko.
«Quiere vengarse de la resistencia de Mikolaiv que le impide llegar a Odesa», agrega.
Los rusos «se dieron cuenta de que no podían tomar Mikolaiv y decidieron saludarme, saludarnos a todos», ironizó el gobernador, precisando que su oficina fue dañ;ada.
«Da miedo. Aquí hemos tenido suerte, no hemos