Agencias | LA PRENSA DE LARA.- Los ucranianos comienzan sus celebraciones de Pascua, una semana después que los católicos romanos, con la festividad en torno al Domingo de Ramos, aunque sus pensamientos se dirigen a apoyar a familiares, amigos y soldados que combaten en el frente.
En Leópolis, familias vestidas de fiesta acudieron masivamente a las iglesias de la ciudad para asistir a misas, con sus ramos de sauce para recibir el agua bendita.
En Ucrania, el sauce simboliza la hojas de palma utilizadas para saludar a Jesucristo a su llegada a Jerusalén. Es una de las plantas que antes brota tras el invierno, cuando los días relativamente cálidos del comienzo de la primavera aún se alternan con ocasionales nevadas.
Sus ramos también quieren representar ahora que la esperada contraofensiva ucraniana está cada vez más próxima.
Diversos analistas militares, así como el ministro de Defensa, Oleksiy Reznikov, consideran que es probable que comience en los próximos dos meses, cuando el tiempo sea más favorable y una vez que la «tenaza» de asalto» de las tropas ucranianas esté lista.
A pesar de los mil kilómetros de distancia de la línea del frente, no se puede escapar a la realidad de la guerra con las noticias sobre dos civiles, padre e hija, muertos en su casa en un ataque ruso nocturno a Zaporiyia. Muchos hombres vestidos de uniforme acompañ;an a sus hijos y esposa a las iglesias de Leópolis, pero tienen que regresar rápidamente a sus lugares de servicio.
Las esperanzas de una rápida recuperación de los territorios ocupados, que, junto con Crimea, suponen el 18% del territorio del país, se mezclan con la incertidumbre sobre la persistencia del apoyo de los aliados occidentales.
«Todos los días veo pasar comitivas de entierro de soldados asesinados», afirma Maria Dzvin, empleada de la facultad de Medicina Veterinaria de Leópolis. «¿;Cómo pudo el mundo estar tan ciego ante lo que Rusia estaba haciendo?», pregunta retóricamente.
Con información de: EFE