AFP | LA PRENSA.- Río de Janeiro continúa ante la expectativa de saber cómo será la intervención federal de su seguridad pública decretada por el presidente Michel Temer, una medida que mañana deberá ser votada por la Cámara de los Diputados.
Las calles de Río de Janeiro amanecieron este domingo sin la presencia del Ejército, dos días después de que Temer cediera el control de la seguridad a un general militar para frenar la ola de violencia que golpea el estado.
El decreto abrió también una ventana de dudas sobre la reforma del sistema de pensiones, pilar fundamental de la política económica de Temer, ya que durante una intervención la Constitución no permite modificar la carta magna, ni votar una propuesta de enmienda constitucional, como es el proyecto de las pensiones.
No obstante, Temer, quien todavía no ha conseguido el apoyo suficiente para llevar adelante el texto, aseguró que si recaba los 308 votos necesarios para aprobar la reforma «cesará» la intervención federal de manera temporal.
En la búsqueda por votos, el Gobierno ha realizado algunas «concesiones» y ha incorporado algunas alteraciones a la propuesta original, las cuales suavizan las condiciones para la jubilación de campesinos o mantienen las pensiones para las viudas de policías muertos en el ejercicio de sus funciones.
Sin embargo, no modifica el principal motivo de discordias, que es fijar una edad mínima para la jubilación, la cual sitúa en 62 años para las mujeres y 65 para los hombres.
Actualmente, la ley permite a las mujeres jubilarse con 30 años de cotización y a los hombres con 35 sin que exista ningún límite de edad para ello, por lo que hay casos en los que personas con apenas 50 años ya pueden acogerse al sistema estatal de protección social.