EFE | LA PRENSA.- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, suspendida de sus funciones por un juicio de destitución, confesó que se siente “triste” por no asistir este viernes 5 de agosto de 2016 al estadio Maracaná para la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos.
“Estoy triste por no asistir a esa fiesta en vivo y con colores, pero estaré acompañando y apoyando a Brasil”, escribió Rousseff en su cuenta en la red social Twitter.
El Comité Olímpico Internacional (COI) la había invitado, así como a su antecesor y padrino político Luiz Inácio Lula da Silva, pero ambos decidieron no asistir a la ceremonia en que el presidente Michel Temer, que sustituye en forma interina a Rousseff, declarará abiertos los Juegos Olímpicos.
“Participé desde el inicio para traer los Juegos Olímpicos a Brasil. No voy a participar como espectadora de un acto del cual fui protagonista”, explicó Rousseff unos días atrás sobre su decisión.