EFE | LA PRENSA.- Indígenas que se oponen a una hidroeléctrica levantada en el oeste de Panamá retuvieron durante unas dos horas al presidente del país, Juan Carlos Varela, después de que firmara un acuerdo para que el proyecto entre en operaciones.
Cuando el presidente panameño se disponía a dar su discurso tras la firma del acuerdo un grupos de inconformes, que ya previamente habían interrumpido el acto oficial, comenzaron a lanzar algunas piedras contra la escuela.
Varela y otros altos funcionarios del Gobierno fueron trasladados a uno de los salones del colegio mientras continuaban los incidente. El grupo de inconformes cerró los accesos al lugar dejando retenidos a autoridades durante unas dos horas.
Tras conversaciones con los grupos de indígenas que rechazan la hidroeléctrica, las puertas del colegio fueron liberadas y todo el mundo se retiró del lugar.
Los grupos de inconformes cuestionaron la representatividad de los indígenas que aparecen como firmantes del convenio.
El presidente panameño dijo que quienes actuaron de forma violenta eran de 12 a 15 personas que «saben que se equivocaron», a quienes se les permitió estar en el evento, porque es «parte de la democracia».
El mandatario condenó que resultaran heridos agentes de la policía y sostuvo que «lo más importante es que se consiguió firmar el acuerdo.
«Este es un acuerdo histórico, no solo para Panamá, para la región y el mundo, de que hay que respetar a las comarcas, a las autoridades tradicionales», destacó.
«Hoy fuimos tolerantes porque el acuerdo era muy simbólico, pero no voy a aceptar que nadie en el país agreda» a un miembro de la fuerza pública, añadió.