RT | LA PRENSA.- Ocho princesas de los Emiratos Árabes Unidos que viajaron a Bélgica con 23 criadas y «las maltrataron continuamente» han sido sometidas a juicio en ese país europeo. Los hechos salieron a la luz en el año 2008, cuando la princesa Shekha Alnehayan llegó a Bruselas con sus siete hijas y reservó una ‘suite’ de lujo de un piso entero en el hotel Conrad de la capital belga, informa el diario ‘Tribune de Genève’.
Las sirvientas, de ocho nacionalidades diferentes, vivieron con las princesas durante todos los meses que duró la estancia de las Alnehayan en Bélgica «sin recibir un sueldo, trabajando día y noche y durmiendo en el suelo». Las asistentas recibían gritos y maltratos continuamente y no se les permitía salir del hotel, según Patricia LeCocq, portavoz de la organización belga de derechos humanos Myria, citada por Deutsche Welle.
Las condiciones inhumanas en las que vivían las asistentas salieron a la luz gracias a que una de ellas logró escapar y describir la situación a la Policía belga, que pronto se presentó en el hotel. El registro dio inicio a una investigación posterior, que solo ahora está entrando en su etapa final, ya que la audición del caso en un tribunal belga está prevista para el jueves siguiente.
La próxima semana las ocho mujeres se enfrentarán a cargos de maltrato de personas, violación de las leyes laborales belgas y tráfico humano, dado que las criadas no tenían visados para estar en el país europeo. Sin embargo, varios activistas opinan que hay pocas probabilidades de que el juicio termine en una condena para las acusadas.
«El problema es que este caso se está investigando desde hace varios años. Incluso si las princesas son condenadas, lo más probable es que el veredicto sea muy leve», señaló Le Cocq.
Los Alnehayan, una de las muchas familias ricas de los Emiratos Árabes Unidos, se convirtieron en foco de atención en 2008 cuando compraron el club de fútbol de la Premier League británica Manchester City.
Un fallo que declarara culpables a las ocho princesas «podría vincular a una de las familias más ricas del mundo con el tráfico de personas y la esclavitud», opina Nicholas McGeehan, de la organización de derechos humanos Human Rights Watch.