EFE | LA PRENSA.- Representantes del Parlamento Europeo (PE) y del Congreso de EE.UU. coincidieron esta semana en la importancia de que ambas potencias trabajen juntas para hacer frente a la creciente inestabilidad internacional debido a las acciones de Corea del Norte, Irán y Venezuela, informaron hoy fuentes oficiales.
Este fue uno de los principales asuntos tratados por los quince eurodiputados que, desde el pasado lunes, participaron en la LXXXI Reunión Interparlamentaria Unión Europea-Estados Unidos y la Reunión de Diálogo Legislativo Transatlántico (TLD), celebrada en Washington y que hoy llegó a su fin.
“Estamos profundamente preocupados por la grave situación de deterioro que atraviesa Venezuela con motivo de su inestabilidad democrática, económica, social y de Derechos Humanos”, señala la declaración conjunta firmada por ambas partes, a la que ha tenido acceso Efe.
Tanto la Unión Europea como Estados Unidos han calificado de “inaceptable” las elecciones constituyentes celebradas en el país bolivariano el pasado mes de julio, “por su forma y contenido”, y por lo tanto, según señalaron, no reconocen su legitimidad.
Asimismo, los representantes de ambos bloques denunciaron la “persecución y represión ilegal” llevada a cabo por el Gobierno del presidente Nicolás Maduro, al que pidieron que “respete la Constitución” del país.
“Es obvio que en Venezuela hay una dictadura. Se encuentra en una situación muy inestable y debemos implicarnos por una cuestión de principios”, razonó en una entrevista concedida a Efe el presidente de la delegación europea, el eurodiputado alemán Christian Ehler, del Partido Popular Europeo (EPP).
En relación a la creciente escalada nuclear que se está viviendo en los últimos meses en el mundo, tanto estadounidenses como europeos, estuvieron de acuerdo en señalar a los que consideran los grandes causantes de la situación: Corea del Norte e Irán.
“Condenamos con vehemencia las agresivas e irresponsables provocaciones de Corea del Norte”, se afirma en el documento, en el que, además, se exhorta al régimen de Pyongyang a “abstenerse” de nuevas acciones “provocativas” y a que “abandone” su programa de desarrollo de armamento nuclear.
Sobre la situación con Irán, ambas partes retomaron el camino del entendimiento después de que sus posturas se hubieran distanciado en las últimas semanas debido a la advertencia del presidente Donald Trump de que Estados Unidos abandonará el acuerdo nuclear internacional con el país persa si no se corrigen sus “defectos”.
Ehler quiso quitar hierro a este hecho al considerar que, en realidad, lo único que esta medida supone es que “la Administración le ha lanzado la pelota al Congreso”, que es ahora quien debe valorar si el acuerdo nuclear “avanza en la dirección correcta” desde el punto de vista estadounidense.
Estas declaraciones contrastan con la reacción inicial de la Unión Europea, que el pasado 13 de octubre, cuando Trump anunció su decisión, se limitó a defender la importancia de salvaguardar el acuerdo firmado en 2015 y del que, además de Estados Unidos e Irán, también forman parte Rusia, China, Alemania, Reino Unido y Francia.
En las reuniones de esta semana, los eurodiputados aceptaron que “la cuestión nuclear debe ser abordada en un marco más amplio” y reconocieron estar inquietos por “el amplio abanico de amenazas que sigue representando Irán”, admitieron ambas partes en la declaración conjunta.
“No somos inocentes, no abogamos ciegamente por el acuerdo ni los estadounidenses se aferran con los ojos cerrados a considerar que no se respeta. Es una cuestión de fortalecerlo, de dar pasos hacia adelante y de que se cumpla por parte de Irán”, señaló Ehler.
Este mensaje va en la línea de lo expresado esta semana por el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, durante su gira por Europa, en la que se ha reunido con representantes de la UE a los que pidió apoyo ante el “efecto desestabilizador” que supone la actitud iraní.
Más allá de dialogar sobre asuntos de seguridad nacional, las reuniones mantenidas estos días, tanto en el Departamento de Estado como en el Congreso, sirvieron a ambas partes para reafirmar una relación que es “fuerte, estratégica y única” a pesar de los reveses que ha sufrido desde que Trump se trasladó a la Casa Blanca.