El papa Francisco, fue diagnosticado este martes con una neumonía bilateral y aún presenta un cuadro clínico «complejo», según anunció El Vaticano a través de un comunicado.
“La tomografía computarizada de tórax a la que se sometió esta tarde el Santo Padre, prescrita por el equipo sanitario vaticano y por el equipo médico de la Fundación Policlínico ‘A. Gemelli’, demostró la aparición de neumonía bilateral que requiere terapia farmacológica adicional”.
El sumo pontífice sufre una infección respiratoria desde hace más de una semana y fue ingresado en el Hospital Gemelli de Roma el 14 de febrero, inicialmente por una bronquitis. Sus compromisos fueron anulados hasta este fin de semana.
El lunes, los médicos determinaron que sufría una infección respiratoria polimicrobiana, lo que significa que una mezcla de virus, bacterias y posiblemente otros organismos se habían alojado en su tracto respiratorio.
El papa Francisco no asistirá a la audiencia jubilar prevista para este sábado, mientras que en la misa con ocasión del Jubileo de los Diáconos del domingo será sustituido por el responsable del dicasterio para la Evangelización, Rino Fisichella, informó este martes el Vaticano.
Papa Francisco: no es una opción dimitir
A pesar de sus problemas de salud, en papa Francisco, a sus 88 años, sigue siendo un pontífice muy activo, con una apretada agenda semanal y viajes regulares al extranjero.
En septiembre de 2024, completó una gira por cuatro países de Asia-Pacífico, la más larga de su papado por duración y distancia.
Siguió la misa del pasado domingo por televisión desde el hospital y envió una alocución escrita para el Ángelus.
“Me hubiera gustado estar entre ustedes, pero, como saben, estoy aquí en el hospital Gemelli porque todavía necesito tratamiento para mi bronquitis”, escribió Francisco.
El jesuita ha dejado abierta la opción de dimitir si se viera incapacitado para desempeñar sus funciones.
Su predecesor, Benedicto XVI, sorprendió al mundo en 2013 al convertirse en el primer Papa desde la Edad Media en dimitir alegando problemas de salud.
Pero en unas memorias publicadas el año pasado, Francisco escribió que no tenía “ninguna causa, lo suficientemente grave como para hacerme pensar en dimitir”.
La dimisión es una “posibilidad lejana” que solo se justificaría en caso de “un impedimento físico grave”, escribió.
En una autobiografía publicada el mes pasado, afirmó que, a pesar de sus dolencias, “sigo adelante”.