Agencias | LA PRENSA DE LARA.- Durante varios meses del año 2020 el confinamiento estricto para tratar de evitar el contagio del coronavirus hizo que niños y niñas de todo el mundo dejaran de ir a la escuela y no salieran al parque a jugar con sus amigos como lo hacían antes de la pandemia y ha desencadenado en el aumento de la miopía en los menores. Según reseño
Investigaciones recientes de distintas universidades de China, Canadá y América Latina coinciden en que la razón principal del crecimiento de esta enfermedad en el último año fue la falta de luz solar.
Carolina Picotti, médica, oftalmóloga infantil y autora de un estudio publicado recientemente en The Lancet, explica que los rayos del sol liberan dopamina en la retina, una sustancia que evita que el globo ocular se haga más largo y ayuda a prevenir el aumento de la miopía. «Si los niños no salen al aire libre y no reciben luz de sol, su cuerpo no genera este neurotransmisor y la enfermedad se dispara», afirma la investigadora argentina. Y añade: «Ninguna luz artificial puede reemplazar los rayos solares en la generación de dopamina».
De acuerdo con Picotti, las conclusiones del trabajo, en el que colaboraron más de 16 oftalmólogos de todas las regiones del país sudamericano, demuestran que los participantes, que tenían entre 5 y 18 años, aumentaron en promedio un 40% la progresión de la miopía entre 2019 y 2020, el año en el que estuvieron encerrados en sus casas por el confinamiento. «El porcentaje del aumento en la miopía no solo es muy alto, sino que confirma la hipótesis de que los factores ambientales y no solo los genéticos pueden incrementar o disminuir esta enfermedad».
Picotti insiste en que en circunstancias normales la evolución de la miopía en los niños es la contraria a la que se observó en el año del confinamiento: «A medida que pasa el tiempo y el niño crece, el porcentaje de progresión debe disminuir. En este caso sucedió lo opuesto: los niños crecieron y la enfermedad se disparó». Este aumento en los problemas de claridad de la visión de lejos, que se repite en varias regiones del mundo, es muy preocupante si se tiene en cuenta que hace poco la Organización Mundial de la Salud estimó que en 2050 la mitad de la población mundial será miope.
«El porcentaje del aumento en la miopía no solo es muy alto, sino que confirma la hipótesis de que los factores ambientales y no solo los genéticos pueden incrementar o disminuir esta enfermedad»
Los niños de seis a ocho años fueron los más afectados.
Un estudio en Canadá, dirigido por la investigadora Sarah A. Moore y publicado a finales del año pasado, reveló que en los meses más duros del confinamiento los niños pasaban en promedio más de cinco horas al día frente a las pantallas en actividades de entretenimiento, además del tiempo que ya dedicaban a las tareas y clases de la escuela, también en dispositivos electrónicos.
Una encuesta en Colombia, México y Chile reveló que el 76% de los participantes jóvenes aumentó la exposición a pantallas durante el confinamiento. Un 46% afirmó que el tiempo de exposición se incrementó entre tres y seis horas; un 29%, más de seis horas, y el 25%, de una a tres. Este uso excesivo de las pantallas está relacionado con algunos síntomas como sequedad ocular, fatiga o cansancio visual, visión borrosa temporal y dolor de cabeza.
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