La catedral de Notre-Dame ha sido abierta oficialmente por el arzobispo de París, Laurent Ulrich, este sábado con un rito que ha consistido en llamar solemnemente a las puertas golpeando con su cruz y esperar la respuesta del templo gótico, que ha sido entonada por los coros en su interior, antes de cruzar el umbral.
En concreto, los cantores de Notre Dame han pronunciado el salmo 121 de la Biblia -“A las montañas levanto mis ojos; “¿De dónde vendrá mi socorro? Mi ayuda proviene del Señor, creador del cielo y la tierra”- cada una de las tres veces que el arzobispo pidió a Notre Dame que abriera sus puertas.
A la ceremonia, que se ha tenido que reajustar por culpa del viento y la lluvia y que ha comenzado con el tañido de las campanas de la catedral, asisten decenas de dirigentes de todo el mundo, como el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera dama, Jill Biden; la primera ministra italiana, Giorgia Meloni o el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski.
El arzobispo de París, acompañado de otros clérigos, ha hecho una breve procesión con la cruz de madera con la que ha golpeado a las puertas (hecha con madera recuperada de las ruinas del incendio de abril de 2019). Todo ello vestido con una capa con colores verde, rojo, amarillo y azul, cada uno con un significado litúrgico especial.
Tras abrir las puertas se ha dirigido a la pila con el agua bendita antes de volver al exterior para invitar a entrar a Macron, a la primera dama francesa y a la alcaldesa parisina.
Con eso ha dado comienzo la siguiente etapa de la ceremonia, que inicialmente debía haber sido la primera y realizarse en la explanada exterior, con un carácter más político.
En esta parte Macron pronuncia un discurso antes de volver a ceder la batuta al arzobispo Ulrich que va a continuar con los ritos religiosos previstos, como los llamamientos para hacer “despertar” al órgano de la catedral.
La reapertura de Notre-Dame es un acontecimiento
La reapertura de la catedral de Notre-Dame es uno de los grandes acontecimientos del año. Cinco años después del devastador incendio, el templo vuelve a abrir sus puertas más luminoso y renovado que nunca. En Primera Plana analiza lo que supone este renacimiento para el patrimonio histórico, para París y también para los creyentes.
El mundo tiene en la memoria las imágenes del 15 de abril de 2019, cuando la icónica catedral de Notre Dame quedó en llamas.
Ahora, tras cinco años de una obra titánica sin precedentes, el monumento abrió tras un colosal proceso de reconstrucción; 250 empresas, cientos de artesanos y un coste de casi 700 millones de euros financiado por donaciones por valor de casi 850 millones provenientes de 150 países lo han hecho posible.
Con información de EFE