LA PRENSA.- Miami se salvó de Matthew, un poderoso huracán que dejó más de 300 muertos durante su paso por el Caribe, pero el ciclón seguía amenazando con embestir el viernes por la mañana al centro de la Florida para luego castigar al resto de la costa este del estado con vientos devastadores y posibles marejadas e inundaciones.
El Centro Nacional de Huracanes informó a las 8:00 a.m. que Matthew se encontraba a 35 millas al norte-noreste de Cabo Cañaveral con vientos sostenidos máximos de 120 millas por hora, por lo que cayó a la categoría 3 en la escala Safir-Simpson. La tormenta se mueve en dirección norte-noroeste a 13 millas por hora.
En el sur de la Florida, las lluvias crearon situaciones de peligro para los conductores, y en un accidente que está siendo atribuido al ciclón, una patrulla de la policía se estrelló contra un auto donde viajaban cinco niños, dejando al menos dos de ellos heridos de gravedad.
Aunque los pronósticos no ubicaban a Miami en la trayectoria del ojo de Matthew, las autoridades temían un desvío de última hora que pudiera exponer la ciudad a los efectos más temidos de un huracán, que está siendo descrito como el peor en un siglo para la parte norte del estado.
Las precipitaciones fueron el principal efecto de Matthew
Pero el huracán se desvió ligeramente hacia el este en la madrugada del jueves, lo que libró a la ciudad de los fenómenos más fuertes asociados con el poderoso sistema. A las 8 de la noche, se eliminó la advertencia de huracán para el condado Broward.