Se ha declarado estado de emergencia en el país asiático de Birmania debido al sismo de magnitud 7,7 que ha causado devastadores daños en el centro-norte del país y en territorios cercanos. Las autoridades birmanas han pedido ayuda a la comunidad internacional por este fenómeno, que ha dejado cientos de heridos y en donde la junta militar del país estimó que al menos 200 personas han perdido la vida.
Min Aung Hlaing, quien es el jefe de esta junta, declaró en una intervención retransmitida en la televisión estatal que es de esperar que aumente esta cifra de heridos y fallecidos en lo que transcurre el tiempo.
En la capital de Birmania, Naipyidó, se registran 96 vidas cobradas por el sismo, mientras que hay una cifra de 30 en otras ciudades como Kyaukse, ubicada en la región de Mandalay, y 18 fallecidos en la región central de Sagaing. En Shan, estado fronterizo con China, al norte del país, el ejército dio a conocer a organizaciones internacionales que se registraron 39 personas fallecidas.


Birmania establece alerta naranja como consecuencia de la gran devastación del terremoto.
Medios locales afirman que el jefe de la junta Birmana visitó en la capital del país, zonas gravemente afectadas por el terremoto con edificios destruidos, situación que estiman va a agravar la complicada situación política del país.
El Servicio Geológico de Estados Unidos, que se dedica a medir la actividad sísmica a nivel mundial, estableció que el temblor fue registrado a las 12:50 hora local de este viernes 28 de marzo, a 17 kilómetros de la segunda ciudad más grande del país, Mandalay, que tiene 1,2 millones de habitantes.


Es por ello que este organismo estima que, como consecuencia, puede haber más de cientos de fallecidos y que se activó una alerta naranja, que es más grave que la alerta roja, debido a las pérdidas económicas que supone este destructor temblor y las vidas perdidas.