EFE | LA PRENSA DE LARA.- Los restos de Isabel II regresaron este martes al palacio de Buckingham, la que fue su residencia oficial durante las siete décadas de su reinado, donde reposarán hasta que mañ;ana se oficie un cortejo fúnebre y el féretro quede instalado en una capilla ardiente en el palacio de Westminster.
El ataúd de la soberana, fallecida el pasado jueves con 96 añ;os en el castillo de Balmoral (Escocia), fue trasladado en un avión de la Real Fuerza Aérea británica desde Edimburgo a la base militar de Northolt, a las afueras de Londres, desde donde recorrió unos 25 kilómetros en un vehículo fúnebre, bajo una fina llovizna, hasta el centro de la capital británica.
El féretro, cubierto con el estandarte real, fue descargado por ocho militares en uniforme de gala del Boeing C-17A Globemaster que lo trasladó desde Escocia, el mismo modelo de aeronave de gran tonelaje utilizado en los últimos meses para evacuar a personas de Afganistán y entregar armas a Ucrania.
Ante la mirada de la princesa Ana, única hija de Isabel II, que acompañ;ó a los restos mortales en el vuelo hacia Londres, así como de la primera ministra británica, Liz Truss, y el ministro de Defensa, Ben Wallace, el ataúd fue introducido en un vehículo Jaguar Land Rover fúnebre que se estrenaba para la ocasión. En su diseñ;o participó personal de la Casa Real y fue consultada la propia reina.
«Ha sido un honor y un privilegio acompañ;arla en sus últimos viajes», indicó Ana en un comunicado divulgado mientras el avión aún estaba en el aire.
«Tuve la fortuna de compartir las últimas 24 horas de vida de mi querida madre (con ella)», agregó la princesa, que agradeció al mismo tiempo el «respaldo y la comprensión» que ha recibido su hermano mayor, Carlos III, al «aceptar las responsabilidades añ;adidas del rey».
Desde primera hora de la tarde, miles personas se habían apostado en las calles del centro de la capital británica para ver pasar el féretro de la reina.
Mañ;ana miércoles, una solemne procesión fúnebre llevará los restos de la monarca desde el palacio de Buckingham hasta la sede de las cámaras parlamentarias del Reino Unido.
El rey Carlos III y otros miembros de la