EFE | LA PRENSA DE LARA.- Representantes de los pueblos autóctonos colombianos Kankuamo y Wiwa, situados ambos en la zona de Sierra Nevada de Santa Marta, buscan en París la complicidad europea para proteger su territorio rico en materias primas de los grupos armados relacionados con el narcotráfico y de las grandes empresas.
Jaime Luis Arias Ramírez, gobernador del pueblo Kankuamo, y Sebastián Pastor Mojica, autoridad de los Wiwa, viajaron a la capital francesa a iniciativa de la Federación Internacional de los Derechos Humanos (FIDH) ante el temor de un recrudecimiento de los peligros contra su seguridad física y territorial, después de décadas de conflicto que terminaron en 2016, al menos en el papel.
Tanto Arias como Pastor, que ya estuvieron en La Haya y viajan después a Madrid, se entrevistan en París con miembros del Ministerio de Exteriores de Francia y la Unesco, dentro de su estrategia para internacionalizar unas tensiones que no han aminorado, pesar de «los avances muy positivos» bajo la presidencia de& ;Gustavo Petro, en el poder desde agosto de 2022.
«Estos dos años que siguen van a ser sustanciales para materializar ya algunos cambios que se han planteado, pero cuando Petro plantea ‘Potencia Mundial de la Vida, Colombia’ no es una tarea solamente del Presidente ni del Gobierno, es una tarea de conciencia de la sociedad, de educación«, estimó Arias, desde los locales parisinos de la FIDH.
Para el gobernador del pueblo Kankuamo, «la explotación minera legal e ilegal, el narcotráfico, el turismo» están acosando los territorios en los que habitan 115 pueblos autóctonos diferentes, que ocupan el 30 % de la superficie de Colombia y representan al 4,4 % de su población (casi dos millones).
Arias explicó que el área de la Sierra Nevada, cuyas elevadas cotas terminan en la costa del Caribe, está protegida desde 2018, pero hay un debate acerca de la propiedad del subsuelo, que cuenta con potenciales yacimientos de petróleo, gas y carbón. El temor de los pueblos autóctonos es que el Estado pueda cederlo a intereses privados.
«Queremos que la Unión Europea mantenga su compromiso como garante de que los pueblos indígenas sigamos participando en esa gran tarea que estamos desarrollando«, en alusión a su contribución «milenaria» a la preservación del medio ambiente, recalcó Arias.
«Una paz integral» enfocada en la «justicia social» y no solo en la deposición de armas es el ideal de los aborígenes colombianos, que ven en Bolivia y Ecuador dos modelos interesantes para la integración y aceptación de los indígenas en la sociedad.
Ataviado con sus tradicionales vestimentas blancas, Sebastián Pastor Mojica, autoridad de los Wiwa, alertó de que las lenguas autóctonas están desapareciendo a medida que se acorrala a los indígenas.
«Hay un riesgo, pongo como ejemplo los Wiwa, un 50 % ya no hablan la lengua de sus ancestros», advirtió Pastor Mojica, quien sí conserva el idioma de su pueblo.
A pesar de las amenazas que denuncian internacionalmente, el representante indígena también aprobó la gestión de Petro: «El Gobierno actual ha tenido un poco de preferencias para seguir luchando en nuestros derechos».
Información: EFE, París, 22 nov.