LA PRENSA DE LARA | EFE.- Las intensas lluvias que afectaron Cuba hace una semana dañ;aron 4.889 hectáreas de cultivos varios, parte de la cosecha de tabaco y paralizaron la siembra de arroz en algunas regiones, informó este sábado el Ministerio de Agricultura (Minag).
Las cifras son parte de los dañ;os materiales provocados por las precipitaciones que dejaron cuatro muertos, miles de evacuados y 750 viviendas afectadas en el occidente y centro del país.
Del total de cultivos dañ;ados un 53 % se perdió totalmente, según el Minag, que especificó que se trataba de cultivos de boniato, yuca, pepino, calabaza y maíz.
Se perdieron también 507 toneladas de tabaco, «lo que representa el 1,07 % del total de esa planta en existencia en la provincia (Pinar del Río)», aunque señ;alan que recuperaron «195.43 toneladas», refirió la fuente citada por el diario oficial Granma.
En esa región occidental, una de las afectadas por las lluvias, «hay 1.050 hectáreas de arroz maduro con posible afectación».
En las provincias centrales de Cienfuegos y Ciego de Ávila el Minag reporta la paralización de la cosecha de arroz, mientras evalúa otras hectáreas que están bajo agua.
El informe apunta que «se distribuyen cinco huevos per cápita en el país» como parte de la canasta básica que subsidia el Gobierno que en un principio incluía diez huevos y luego disminuyó a siete.
Un primer informe publicado el 5 de junio hablaba de 3.200 hectáreas afectadas por las lluvias.
El Gobierno cubano presentó en febrero en la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento, unicameral) una propuesta de ley de soberanía alimentaria con el objetivo de aumentar la producción agrícola y así reducir su dependencia de las importaciones.
La isla (con 11,2 millones de habitantes) importa entre el 60 % y el 70 % de los alimentos que consume con un gasto aproximado que supera los 2.000 millones de dólares anuales, según los datos oficiales.
La combinación de la pandemia, el endurecimiento de las sanciones del embargo económico que aplica Estados Unidos a Cuba y los errores en la gestión macroeconómica han generado escasez de productos básicos, carestía, la dolarización parcial de la economía y una gran inflación.