El exceso de peso en los escolares de 6 a 9 años ha disminuido en un 4,5 % en los últimos cuatro años, pero esa mejoría en la suma de los datos de obesidad infantil (15,9 %) y sobrepeso (20,2 %) no se ha percibido en las familias con rentas más bajas.
Estas son algunas de las conclusiones del avance del estudio Aladino 2023 sobre la Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad, en la que se observa, no obstante, que aún más de un tercio de la población infantil en España de 6 a 9 años padece exceso de peso (la suma de sobrepeso y obesidad).
El estudio, que ha presentado en rueda de prensa el ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, se ha desarrollado a partir de una muestra de 12.678 escolares de entre las edades citadas de casi 300 colegios (296) de todas las comunidades autónomas.
Menos obesidad y sobrepeso infantil
Los resultados sobre la situación actual y la comparativa con respecto al último estudio Aladino de 2019 indican que la prevalencia de la obesidad infantil es del 15,9 %, cuando en el anterior informe era del 17,3 %. Actualmente la obesidad y la obesidad severa son más elevadas en niños que niñas (17,3 % en ellos y 14,3 % en ellas).
En cuanto al sobrepeso, la prevalencia es del 20,2 % (en 2019 era del 23,3 %). La padecen casi en la misma proporción niños y niñas.
El 36,1 de los niños y niñas tienen exceso de peso, cuando antes la proporción era del 40,6 %. En cuanto al “normopeso’ o peso normal, el 61,2 % de los menores tiene un peso óptimo para su salud cuando antes el porcentaje era del 58,5 %.
Los indicadores han mejorado, pero no en todos los estratos sociales porque la obesidad infantil continua relativamente constante desde 2011 en las familias con rentas más bajas, una “realidad inaceptable en una democracia”, ha incidido Bustinduy.
En las que ingresan menos de 18.000 euros brutos anuales, las prevalencias de obesidad (23,4 %) y sobrepeso (23,1%) son mayores: uno de cada casi cuatro escolares que padece obesidad pertenece a este estrato social, la misma proporción que en el caso de sobrepeso, con lo que casi la mitad de los menores con exceso de peso se encuadran en familias con esa renta.
Mientras, en las que superan los 30.000 euros, la prevalencia de obesidad es de un 10,9 % (uno de cada diez escolares), de sobrepeso un 28,3 % (casi dos) y, por tanto, de exceso de peso un 29,2 %. Sin embargo, el ‘normopeso’ es mayor: un 68,2 % frente al 50,7 % de las familias con menos ingresos.
Los aliados de la obesidad
Existen hábitos alimentarios y actividades que van de la mano de la obesidad. Siete de cada diez escolares desayunan todos los días algo más que una bebida, pero el porcentaje es 17 puntos inferior en las familias con rentas más bajas (61 % frente al 78 %), donde hacen un desayuno más incompleto.
El 45,3 % de los escolares consume fruta a diario (menos de la mitad) y el 23,8 %, verdura (menos de una cuarta parte), pero en familias más humildes también el consumo es menor, especialmente de verduras.
Una diferencia que se nota también en el consumo de refrescos con azúcar: de media, el 3,8 % de los escolares los consume más de tres días a la semana, pero este consumo se multiplica por más de ocho en las familias con menos ingresos con respecto a las de mayores.
El ministro ha valorado este descenso en la media de la prevalencia, pero ha advertido de que esta mejoría tiene que alcanzar a las familias más vunerables.
“No podemos conformarnos”, ha señalado Bustinduy que ha recordado las medidas en las que trabaja como el “inminente” real decreto de comedores escolares saludables y sostenibles, con el que se busca garantizar al menos cinco comidas a la semana con una dieta variada, y el que llegará después sobre la publicidad de alimentos no saludables. Pero además de la alimentación juega un papel importante la actividad física: más de siete de cada diez escolares dedican al menos una hora al día