Agencias | LA PRENSA DE LARA.- La migración hacia Estados Unidos a través de la selva del Darién, en la frontera entre Panamá y Colombia, no se va a detener, a pesar de las nuevas regulaciones de Washington y de los peligros de una inhóspita ruta donde las muertes van en aumento.
«Nadie sabe cómo va a ser el próximo año, pero en los próximos meses tenemos que prepararnos para lo peor«, declaró a la AFP Giuseppe Loprete, jefe de la Misión en Panamá de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
La frontera natural del Darién, de 266 km de largo y 575.000 hectáreas de superficie, se ha convertido en un corredor para los migrantes sudamericanos que tratan de llegar a Estados Unidos recorriendo América Central y México.
Según el departamento de Migración de Panamá, desde el pasado 1° de enero hasta el 8 de agosto más de 267.000 personas habían cruzado el Darién, pese a que Estados Unidos advirtió que no admitirá migrantes que ingresaran de manera irregular al país centroamericano.
Esa cifra pulveriza el récord de todo el año anterior, cuando 248.000 migrantes atravesaron la jungla panameña en busca del «sueño americano».
A este ritmo, el gobierno panameño prevé que a final de año unos 400.000 migrantes habrán atravesado el Darién.
«Las condiciones en que vemos a los migrantes llegar nos preocupan muchísimo y nos preocupa muchísimo el hecho que esa migración no se va a parar«, señaló Loprete.
El 12 de mayo, Estados Unidos abrió una nueva era migratoria al comenzar a aplicar mano dura a los migrantes que llegan eludiendo las «vías legales«. Paralelamente, México suspendió las autorizaciones de tránsito que permitían a los aspirantes de asilo en EEUU avanzar hacia el norte.
Fuente: AFP.