El estado de California, en Estados Unidos, enfrenta una ola de incendios forestales que ha obligado a evacuar a miles de residentes y ha dejado un saldo de cuatro heridos. Hasta este sábado, los siniestros han consumido más de 44.400 hectáreas, con un gran impacto en el norte de Los Ángeles y el Parque Nacional de Los Padres.


El incendio conocido como Canyon se desató el pasado jueves en una zona montañosa al norte de Los Ángeles y se propagó rápidamente, forzando el desalojo de más de 4.300 residentes. Este fuego ha dejado tres heridos en el condado de Los Ángeles y uno en el condado de Ventura, y ha afectado unas 2.173 hectáreas. No obstante, las autoridades han levantado las órdenes de evacuación obligatoria, manteniéndolas como advertencia.
El otro gran incendio, denominado Gifford, se registra en el Parque Nacional de Los Padres. Este es considerado el mayor del año en California, con un total de 42.250 hectáreas afectadas y apenas un 21% de contención. Los bomberos han advertido que las condiciones climáticas de esta jornada, con un ambiente «caliente y seco» y temperaturas superiores a los 32 grados, junto con la vegetación «históricamente seca», contribuyen a la rápida propagación del fuego.


Esta situación se produce meses después de la ola de incendios registrada en enero, que dejó un total de 29 fallecidos, 150.000 evacuados y más de 16.000 estructuras destruidas en el condado de Los Ángeles.