EFE | LA PRENSA DE LARA.- Human Rights Watch denunció este martes que yihadistas han utilizado a cientos de menores como niños soldados para luchar contra las fuerzas de seguridad de Mozambique en la norteña provincia de Cabo Delgado, donde operan los islamistas.
«Al Shabab ha secuestrado a cientos de niños, algunos de tan solo 12 años, los ha entrenado en bases en toda la provincia de Cabo Delgado y los ha obligado a luchar junto a los adultos contra las fuerzas gubernamentales», subrayó la ONG pro derechos humanos en un comunicado.
«Utilizar a niños en combates es cruel, ilegal y nunca debería ocurrir», afirmó la directora para África de HRW, Mausi Segun. La organización recuerda que esa práctica viola la prohibición internacional sobre el uso de niños soldados.
«Al Shabab de Mozambique debería dejar de reclutar niños de inmediato y liberar a todos los niños de sus filas», reclamó Segun.
Human Rights Watch entrevistó a cuatro padres de niños secuestrados, un niño ex-soldado y dos testigos de esos abusos.
En la ciudad costera de Palma, los padres dijeron haber visto a sus hijos empuñar armas cuando regresaron con yihadistas a la urbe, luego de que los secuestraron durante el sangriento ataque perpetrado por el grupo en marzo pasado.
«Estaba escondida dentro de la casa cuando escuché su voz y miré por la ventana. Lo vi en un grupo de alrededor de una docena de niños. Todos con pantalones de camuflaje y una banda roja alrededor de la cabeza», dijo la madre de un menor de 17 años tras ver a su hijo, integrado con los islamistas, en mayo pasado.
A juicio de Segun, el creciente uso de niños como combatientes por parte de Al Shabab es el último capítulo horroroso de la violencia en Cabo Delgado.
«Las autoridades de Mozambique deben tomar medidas urgentes para proteger a los niños, para que permanezcan con sus familias y en la escuela, y no sean explotados como armas de guerra», exigió la directora de HRW para África.
La ONG Save the Children informó el pasado junio de que al menos 51 menores, la mayoría niñas, fueron secuestrados durante los últimos 12 meses en Cabo Delgado.
La Comunidad para el Desarrollo de África Meridional, bloque regional de 16 países, y Ruanda desplegaron el pasado julio tropas en la provincia a petición de Mozambique para luchar contra los yihadistas.
El detonante de la ayuda militar extranjera fue el brutal ataque cometido por Al Shabab el pasado 24 de marzo en Palma, donde además se desarrollan millonarios proyectos gasísticos capitaneados por la multinacional francesa Total.
El ataque, que desembocó en un asedio de la ciudad que se prolongó durante varios días, causó decenas de muertos y forzó el desplazamiento de unas 70.000 personas. La organización terrorista Estado Islámico se atribuyó el asalto, lo que parece indicar un cierto vínculo con el grupo mozambiqueño.
De hecho, Estados Unidos designó este año a Al Shabab como organización terrorista internacional afiliada al Estado Islámico.
El grupo, que no guarda relación con su homónimo de Somalia, aterroriza el norte de Mozambique desde octubre de 2017 y ha causado más de 3.300 muertos, entre ellos más de 1.490 civiles, según las últimas cifras del Proyecto de Datos de Ubicación y Eventos de Conflictos Armados.
El conflicto yihadista también ha ocasionado el desplazamiento de más de 732.000 personas en Cabo Delgado, según datos de la ONU.