Agencias | LA PRENSA de Lara.- La oposición española convirtió este miércoles las relaciones con Venezuela en el foco de las críticas al Gobierno de coalición izquierdista, a raíz de la polémica presencia de la vicepresidenta Delcy Rodríguez, en el aeropuerto de Madrid.
El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez y los ministros de Interior y de Transportes, tuvieron que responder hoy a una batería de críticas de la oposición en la primera sesión de control en el Parlamento del nuevo Ejecutivo, protagonizada por este asunto.
Sánchez reiteró que el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, quien mantuvo un encuentro con Delcy Rodríguez en el aeropuerto, «hizo su deber», al evitar una crisis diplomática con Caracas, ya que la vicepresidenta tiene prohibida su entrada a territorio de la Unión Europea debido a las sanciones contra altos cargos del Gobierno venezolano.
Además, defendió las relaciones de su Ejecutivo con el presidente encargado de Venezuela, Juan Guaidó, al que hoy se refirió como «líder de la oposición».
España, junto a una cincuentena de países ha reconocido a Guaidó como presidente encargado de convocar elecciones democráticas en Venezuela y en la embajada española en Caracas está acogido como «huésped» del embajador el líder opositor Leopoldo López.
Sin embargo, cuando Guaidó visitó Madrid el pasado mes de enero, dentro de una gira internacional, no fue recibido por Sánchez, sino que se entrevistó con la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, lo que provocó las críticas de la oposición.
Delcy Rodríguez, munición para la oposición española
La filtración a medios de prensa españoles en enero pasado de que la vicepresidenta venezolana había estado en el aeropuerto madrileño durante una escala aérea, pese a tener prohibido pisar suelo de la Unión Europea, y que allí se había entrevistado con el ministro Ábalos, causó una tormenta política en España que no ha amainado tras varias semanas.
Este encuentro, posteriormente confirmado por el Gobierno español, se produjo días antes de la llegada a España de Guaidó.
El ministro de Interior, Fernando Grande-Marlaska, en su respuesta a la oposición, insistió en que Rodríguez no entró en el espacio de la Unión Europea, tal como prohíbe Bruselas.
Pero la diana de la mayoría de las críticas fue Ábalos, a quien tanto el conservador Partido Popular (PP), como Ciudadanos (liberares) y Vox (extrema derecha) le pidieron la dimisión.
El ministro de Transportes, que estuvo respaldado en el Congreso por Sánchez y los demás miembros del Ejecutivo defendió sus actos al asegurar que logró «modestamente» que se cumplieran las restricciones de la UE sobre el Gobierno de Nicolás Maduro.
Ábalos, que además es el «número dos» del Partido Socialista (PSOE), consideró que en este debate solo es «una pieza instrumental» para la oposición, que ha convertido a Venezuela en un elemento más de desgaste para el Gobierno, el primer ejecutivo de coalición progresista que tiene España desde la restauración de la democracia, a finales de los 70.
Las relaciones España-Venezuela traspasan las fronteras
Ábalos acusó además a la oposición de «poner en cuestión» la credibilidad de España a nivel internacional y de tratar de enfrentar a este país con Estados Unidos, en un momento en que hay tensiones por la aplicación de aranceles estadounidenses contra productos españoles y del resto de la UE.
Esta polémica con Venezuela ha traspasado las fronteras españolas y ayer mismo se debatió en el Parlamento Europeo, donde el Partido Popular pidió que la Comisión Europea iniciara un procedimiento de infracción contra España por haber permitido la presencia de Rodríguez en el aeropuerto madrileño de Barajas, algo que rechazó Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, el español Josep Borrell.
Pero este debate también ha llegado a Venezuela, y la semana pasada la Asamblea Nacional, presidida por Guaidó, solicitó al Congreso español una «exhaustiva investigación» del viaje a Madrid de la vicepresidenta chavista y «los motivos detrás» de su encuentro con Ábalos.
EFE