AFP| LA PRENSA.- El Senado brasileño comenzará a decidir este jueves 25 de agosto el destino de la presidenta Dilma Rousseff, suspendida desde mayo y que podría ser finalmente destituida la semana próxima, lo que confirmaría en el poder al ahora mandatario interino, Michel Temer.
En caso de que Rousseff sea despojada de su cargo, tras ser acusada de adulteración de balances fiscales, Temer seguirá en la Presidencia hasta el primero de enero del 2019, cuando finaliza el actual mandato, pero si el Senado absuelve a la mandataria, esta recuperará el poder una vez que se publique la sentencia.
“Voy al Senado porque creo en la democracia. Debo eso al pueblo brasileño. No voy porque crea en la belleza de lo que ven mis ojos. Tengo absoluta claridad de lo que están haciendo. Sé que es una injusticia y mi presencia es muy incómoda, extremadamente incómoda”, declaró Rousseff el martes, en un acto con cientos de sus partidarios.
En la que será su primera y única comparecencia ante el Senado desde el pasado 12 de mayo, cuando fue suspendida de sus funciones y se instauró el juicio político, la mandataria dispondrá de media hora para exponer sus alegatos. Luego, en lo que muchos anticipan que serán los momentos de mayor tensión en todo el juicio.
Para que la mandataria suspendida sea definitivamente apartada del poder será necesario que lo apruebe una mayoría calificada de 54 votos, que representan dos tercios de los escaños del Senado.