EFE | LA PRENSA.- El papa Francisco finalizó este sábado su viaje de tres días a Bangladesh con un discurso menospolítico, en el que dejó a un lado la crisis de la minoría musulmana rohinyá que había dominado los días previos, para lanzar un mensaje moralizante más destinado a los jóvenes, pobres y a la Iglesia Católica del país.
El papa comenzó su última jornada en este país de 160 millones de personas (un 90 % de ellas musulmanas) en la Casa Madre Teresa de Tejgaon, la más pequeña de las gestionadas por las Misioneras de la Caridad y donde se alojaba la santa de Calcuta cuando viajaba a esta nación.
Después caminó por el mismo predio en que también se ubica la iglesia del Santo Rosario, donde se reunió con religiosos y religiosas que le recibieron con fuertes aplausos y gran entusiasmo.
Escuchó los testimonios de cinco religiosos y después, a la hora de dirigirse a los sacerdotes y monjas, seminaristas y novicias, Francisco sustituyó el discurso que había preparado para improvisar una charla en español, que fue traducida al inglés.
Más tarde, Francisco concluyó su agenda en Bangladesh con un encuentro con jóvenes en la Universidad de Notre Dame, donde instó a los jóvenes a que no se pasen “todo el día al teléfono, ignorando el mundo”.