AP | LA PRENSA.- Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo”, podría agarrar un cable eléctrico para estrangular a su abogado o partir por la mitad algún CD con información judicial para usarlo como arma. Eso es lo que el gobierno estadounidense asegura podría ocurrir si se cambian las condiciones en las que habitualmente el capo mexicano se reúne con sus defensores.
Los fiscales en el caso de Guzmán aseguran que cualquier precaución es poca y que permitir que “El Chapo” se reúna cara a cara con sus abogados sin un vidrio de separación entre ambos, tal y como piden los defensores del narcotraficante, es peligroso.
“Debido a que el acusado enfrenta una sentencia de cadena perpetua hay una preocupación significativa a que recurra a la violencia con respecto a sus abogados y personal de la Oficina de Prisiones para lograr su liberación”, señalaron los fiscales Bridget Rohde y Arthur Wyatt en un documento divulgado en la base de datos electrónica del sistema judicial estadounidense.