José Sequera Rivero | LA PRENSA.- Manzano o guineo, no importa cual, Marina Castillo mira si compra su racimo de cambur para amortiguar el hambre mientras espera el bus. “Si no cargo mucha plata me compro uno solo”, comenta mientras agarra un cambur y lo observa decidiendo si lo compra o no.
Y así como anda ella, muchas personas están resolviendo porque la crisis económica que hay en el país, obliga a algunos conformarse con pan y cambur o el cambur solo con agua.
Para muchas personas, comprar cambur les resulta pues por lo barato que sale y la sensación de llenura que da, pues lo hace el preferido de muchos si quieren es una papa más o menos resuelta.
Quienes venden esta fruta, están en un momento importante, pues están viendo que toda la mercancía se les vende. José Mendoza, vendedor, dice que cada 4 o 5 días tiene que comprar mercancía porque se le acaba rápido.
“Hay días buenos y malos, pero vendo mucho más que los demás porque no pongo tan cara la mercancía”, declara Martínez, quien sólo vende cambures guineos.
Asimismo los precios no son tan altos y por eso la gente no pierde el chance para adquirir esta fruta, rica en potasio y vitaminas.
Los cambures manzanos están alrededor de 750 bolívares el kilo; mientras que los guineos son más baratos, cuestan unos 550 bolívares, siendo más barato que la masa de maíz, convirtiendose en una buena idea para quienes no puedan costear la masa.
Pero, incluso para algunas personas comprar cambures les sale muy caro y tienen que buscar otra bala fría barata. Personas como Josué Delgado prefieren comprar tostón porque es algo que sí puede costear su bolsillo.
Sin embargo, expertos en nutrición están muy preocupados por la evidente falta de nutrientes que tiene la gente en la calle, y no ven como solución de todo esto al cambur.
Betsy Vargas, nutricionista, afirma que la gente actualmente está pendiente es de llenarse y no de alimentarse.
“Muchos pacientes me llegan y me cuentan que comen para llenarse. Les tengo que recordar que hay que comer para alimentarse y mantenerse saludable” aclara Vargas.
Prosiguió diciendo que el cambur si se puede comer, pero hay que saber combinar con otros alimentos, y por sobre todas las cosas, informarse de los grupos alimenticios para poder variar el menú en la casa.