Cientos de agentes de la Guardia Nacional fueron desplegados este domingo en el centro de Los Ángeles, un movimiento que ha escalado las tensiones con las autoridades locales y ha culminado en una demanda por parte del estado de California contra la administración del presidente Donald Trump. El despliegue de tropas busca contener las protestas por las políticas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), especialmente las redadas de inmigrantes indocumentados.
Frente a un complejo federal que alberga un centro de detención, y que amaneció con la consigna «Nuestra Ciudad» pintada en su fachada, manifestantes y fuerzas de seguridad protagonizaron nuevos enfrentamientos durante el fin de semana. Las fuerzas de seguridad utilizaron granadas aturdidoras y gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.
Donald Trump afirmó que no tolerará a quienes «obstaculicen la aplicación de la ley»
El despliegue de más de 2.000 efectivos de la Guardia Nacional en California, incluidas unidades de la 79ª Brigada de Infantería, fue ordenado por el presidente Trump tras registrarse «graves destrozos y disturbios» en manifestaciones previas en Compton y San Bernardino. Trump afirmó que las tropas garantizarían «una ley y un orden muy fuerte» y advirtió que no tolerará a quienes «obstaculicen la aplicación de la ley».


Sin embargo, el fiscal general de California, Rob Bonta, y el gobernador Gavin Newsom, anunciaron hoy que han demandado al Gobierno federal. Argumentan que el despliegue es «ilegal» y que la administración de Trump «abusa de la autoridad del Gobierno federal y viola la Décima Enmienda» de la Constitución. Bonta se enfatizó que activar estas tropas para protestas que las fuerzas locales bajo control eran «profundamente injusto».
La demanda subraya que esta es la primera vez desde 1965 que un mandatario estadounidense despliega la Guardia Nacional sin la solicitud o consentimiento del gobernador del estado. La Casa Blanca y el Gobierno de Newsom han mantenido un enfrentamiento público sobre esta decisión, llegando incluso a una declaración de Tom Homan, encargado de la política migratoria de la Casa Blanca, quien el domingo insinuó la posibilidad de arrestar a Newsom y la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, a lo que Newsom respondió desafiante: «Tom, arréstame». Homan aclaró hoy que no hay planes de arresto, pero reiteró la postura de la administración.
Las autoridades de California insisten en que la potestad de activar la Guardia Nacional para situaciones dentro del estado recae exclusivamente en el gobernador, como ha ocurrido en el pasado para incendios o protestas locales. La confrontación legal marca un nuevo capítulo en las tensiones entre California y la administración federal.

