Agencias | LA PRENSA DE LARA.- Perdido en un remoto parque natural del centro de Escocia, el castillo de Balmoral fue la última morada de la reina Isabel II y ahora los lugareñ;os despiden con serenidad y gran tristeza a una mujer que supuso para ellos «un modelo de persona».
Sólo una tortuosa carretera local llega hasta el castillo, rodeado por la naturaleza exuberante del parque Cairgorns y bañ;ado por el río Dee.
A este lugar tan aislado del bullicio, que la reina adoraba y usaba como residencia de verano, decenas de vecinos de los cercanos pueblos de Crathie o Ballater acudieron para rendir un último homenaje a una soberana muy apreciada por su pueblo.
Con ramos de flores, pero también con osos de peluche y otros regalos, los habitantes de la comarca y algunos curiosos mostraron su emoción y, sobre todo, respeto por la difunta.
Dispuestos en semicírculo en torno a la puerta principal del castillo, con la nutrida presencia de los periodistas detrás, alrededor de medio centenar de personas se iban turnando para despedir a quien fue su reina durante 70 añ;os.
Mezcla de emociones
Algunos no podían apenas formular palabra cuando se le preguntaba por sus sentimientos. Otros, como la escocesa Carly McGregor, se acordaban no sólo de Isabel II, sino también del nuevo rey, Carlos III.
«Hay una mezcla de emociones. Estamos tristes, pero tendremos un nuevo rey muy pronto. Esto es muy difícil para el rey Carlos III. Un proceso muy complicado para él: perder a su madre y tener que volver al trabajo al día siguiente… No mucha gente hace eso», dijo a EFE.
Balmoral se conoce hoy en día por haber sido la residencia de verano de Isabel II. El castillo se convirtió en residencia real en 1848, cuando fue alquilado a la reina Victoria I, tatarabuela de la fallecida monarca. Les gustó tanto la residencia a los reyes que decidieron comprarla por 30 000 libras. El príncipe consorte inició inmediatamente las obras para ampliar el castillo del siglo xv y adecuarlo a las necesidades de la reina.
La residencia ocupa una superficie total de 20 000 hectáreas de terreno. De la propiedad, 300 hectáreas están conformadas por bosques y 222 son cultivadas y explotadas para la cría de más de 100 bovinos serranos, una raza de ganado autóctona y típica de este lugar.
La fuerte presencia policial no fue obstáculo para que quien lo desease se acercase al lugar. Unos cuantos albergaban la esperanza de ver pasar en sus coches a los miembros de la familia real, que fueron dejando el castillo de forma p