El director Fernández había recibido amenazas previas, vinculadas a un delincuente conocido como «Pedro Pluma».
Redacción | LA PRENSA DE LARA. -& ;El jueves pasado, el coronel retirado de la Policía Élmer Fernández, director de la cárcel La Modelo de Bogotá, fue brutalmente asesinado por sicarios que lo emboscaron con impactos de bala, mientras se desplazaba en un vehículo oficial por una avenida en el norte de la capital colombiana.
«Lamento ser portador de una terrible noticia: Acaba de ser asesinado el coronel retirado Élmer Fernández, director de la cárcel La Modelo de Bogotá», una de las más importantes del país, dijo el ministro de Justicia, Néstor Osuna, en redes sociales.
Osuna detalló que el trágico acto se consumó cuando Fernández transitaba en un vehículo del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (Inpec) por la Carrera 30, a la altura de la Calle 80.
«Los asesinos no nos van a amedrentar y saldremos adelante a pesar de sus afrentas y de su insolencia», dijo Osuna quien añadió que se reforzarán todas las medidas de seguridad para el personal del Inpec.
En respuesta a este lamentable suceso, el presidente colombiano, Gustavo Petro, compartió en sus redes que el coronel Fernández había asumido su cargo recientemente, trabajando en la imposición de disciplina y requisas aleatorias.
La situación condujo a la implementación de un plan de seguridad especial en Bogotá, junto con la convocatoria de un consejo de seguridad extraordinario para establecer medidas preventivas en todas las instituciones carcelarias del país, expresando su solidaridad con la familia del fallecido.
A pesar de no haber identificado a los responsables del asesinato, se reporta que el director Fernández había recibido amenazas previas, vinculadas a un delincuente conocido como «Pedro Pluma», en relación con su labor para mantener la disciplina en La Modelo.
El alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, aseguró que se está trabajando con las autoridades para identificar a los culpables y reforzar la seguridad de todas las personas amenazadas por grupos delictivos.
La tragedia destaca una crisis en el sistema penitenciario colombiano, marcada por la declaración de emergencia carcelaria en febrero pasado para abordar la persecución de bandas criminales a los guardias y combatir la extorsión desde dentro de las prisiones, subrayando el alto nivel de hacinamiento en las instalaciones.